El alcohol no es beneficioso para la salud, y en una época como la actual, marcada por rutinas de bienestar y una mayor conciencia sobre el autocuidado, todos lo sabemos. Sin embargo, cuando hablamos de beber, muchas personas dejan de consumir alcohol a diario, pero se permiten darse atracones de vez en cuando.
Si tú eres una de esas personas, hay noticias importantes. Un nuevo y relevante estudio ha descubierto una relación seria y preocupante entre el alcohol y la demencia. La investigación reveló que el consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia, y además cuestiona la idea de que beber de forma ligera o moderada sea seguro o beneficioso para el cerebro.
Según los investigadores,
cualquier nivel de consumo de alcohol contribuye al riesgo de demencia. Por este motivo, advierten que las guías de salud pública deberían replantearse lo que hoy se considera un “consumo seguro”.
"Nuevo estudio relaciona cualquier consumo de alcohol con mayor riesgo de demencia"Un equipo dirigido por científicos de la Universidad de Oxford estudió el consumo de alcohol y el riesgo de demencia en más de 559.000 personas del UK Biobank y del programa estadounidense Million Veteran Program. Siguieron a los participantes durante entre 4 y 12 años, observando quién desarrollaba demencia y comparándolo con la cantidad de alcohol que bebían. Algo importante es que los investigadores también usaron métodos genéticos —como la aleatorización mendeliana— para comprobar si había una relación causal y no solo una coincidencia.
Los resultados del estudio, publicados en
BMJ Evidence-Based Medicine, desafían creencias anteriores. Aunque algunos estudios antiguos sugerían que beber poco o de forma moderada podía proteger la salud del cerebro, este nuevo trabajo no encontró ningún nivel de consumo con un efecto protector claro. De hecho, el riesgo de demencia aumentaba continuamente cuanto más alcohol se consumía. Incluso tomar solo de una a tres bebidas extra por semana se relacionó con un aumento del 15% del riesgo de demencia en comparación con beber menos.
El riesgo genético de dependencia del alcohol también fue importante. Las personas con genes relacionados con el trastorno por consumo de alcohol tenían un mayor riesgo de demencia, incluso si no bebían mucho. Por ejemplo, duplicar el riesgo genético de este trastorno se asoció con un aumento del 16% en el riesgo de demencia.
¿Qué pasa con los límites “seguros”? Entonces, ¿qué significa esto en términos de cuánto alcohol podría ser “seguro”, si es que hay alguno? El estudio sugiere que puede que no exista un nivel seguro de alcohol en relación con el riesgo de demencia, especialmente a largo plazo. Sin embargo, aún existen pautas públicas, y conocerlas ayuda a las personas a tomar decisiones informadas.
En el Reino Unido y Estados Unidos, las recomendaciones comunes han sido limitar el consumo a no más de 14 unidades de alcohol por semana (aproximadamente 6–8 bebidas estándar, dependiendo del país) para reducir riesgos de salud, incluida la demencia. El nuevo estudio encontró que las personas que bebían más de 14 unidades/semana tenían un riesgo significativamente mayor. Pero, lo importante es que el riesgo aumentaba incluso con cantidades menores. Por ejemplo, quienes bebían 7–10 o 10–14 unidades/semana también mostraron un riesgo creciente en comparación con quienes bebían menos.
En un estudio de cohorte (UK Biobank) con más de 313,000 bebedores actuales, el consumo promedio fue de aproximadamente 13,6 unidades/semana entre hombres y mujeres, y incluso a este nivel aparecía un mayor riesgo de demencia. La curva en “J” que algunos estudios anteriores habían reportado (menor riesgo con consumo moderado) no se mantuvo en los análisis genéticos.
Por qué los estudios anteriores eran confusos Las pautas tradicionales (por ejemplo, 1 bebida/día para mujeres, 2 para hombres, o 14 unidades por semana en el Reino Unido) se crearon principalmente pensando en el riesgo de hígado, cáncer y enfermedades cardiovasculares, no en la salud del cerebro. Este nuevo estudio sugiere que esos límites pueden no proteger completamente contra la demencia.
La confusión en los estudios anteriores se debió a ciertos sesgos. Por ejemplo, algunas personas que se clasifican como “no bebedoras” solían beber mucho o tienen mala salud, lo que puede alterar las comparaciones. Además, las personas con demencia temprana pueden reducir su consumo antes del diagnóstico, haciendo que parezca que los no bebedores tienen un mayor riesgo. Al usar datos genéticos, el nuevo estudio ayuda a reducir esta causalidad inversa y a entender mejor lo que realmente hace el alcohol.
Sin embargo, los expertos en salud ahora transmiten el mensaje de que menos alcohol es mejor, y que un consumo mínimo o nulo podría ofrecer la mejor protección para el cerebro.
Qué deberías hacer Reducir completamente el consumo de alcohol, especialmente si ya tienes un hábito establecido, no es fácil. De hecho, intentar hacerlo de golpe podría ser muy drástico. En su lugar:
- Reevalúa tus hábitos de consumo: Reflexiona si beber de manera ocasional o social vale el riesgo potencial a largo plazo para tu memoria y cognición.
- Reduce gradualmente: Si bebes con frecuencia, intenta disminuir la cantidad y la frecuencia. Sustituye las bebidas alcohólicas por opciones sin alcohol.
- Concéntrate en un estilo de vida saludable para el cerebro: Haz ejercicio regularmente. Come una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales y grasas saludables. Mantén bajo control la presión arterial, el colesterol y la diabetes. Participa en actividades mentales y sociales.
Finalmente, habla con tu médico sobre esta transición, especialmente si estás envejeciendo o tienes otros factores de riesgo.