7 errores comunes con las lentes de contacto: cómo proteger tus ojos de daños graves

Los usuarios de lentes de contacto a menudo ponen en riesgo la salud de sus ojos por errores comunes. Usarlas durante demasiado tiempo, dormir con ellas y mantener una higiene deficiente puede provocar complicaciones graves como infecciones y pérdida de visión. Una limpieza adecuada, el reemplazo regular y evitar condiciones inseguras son fundamentales para proteger la vista. Seguir las recomendaciones profesionales y mantener una estricta higiene es esencial.
7 errores comunes con las lentes de contacto: cómo proteger tus ojos de daños graves
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
Las lentes de contacto son una opción popular para corregir la visión, ya que ofrecen comodidad, una visión periférica más clara y libertad frente a las gafas. Sin embargo, muchos usuarios ponen en riesgo la salud de sus ojos de manera involuntaria al cometer errores frecuentes en su uso y cuidado. Según un estudio publicado en PubMed, las prácticas inadecuadas con las lentes de contacto pueden provocar complicaciones graves, como infecciones, úlceras corneales e incluso pérdida permanente de la visión. Usarlas demasiado tiempo, dormir con ellas, mantener una mala higiene o emplear métodos de limpieza poco seguros están entre los fallos más habituales. Para proteger tu vista, es fundamental seguir las recomendaciones profesionales, mantener una estricta higiene y reemplazar las lentes según lo indicado.

Evita estos errores cotidianos con las lentes de contacto para proteger tu visión

1. Usar las lentes de contacto demasiado tiempo Uno de los errores más frecuentes es llevar las lentes más allá del tiempo recomendado. Ya sean diarias, quincenales o mensuales, cada tipo viene con instrucciones claras. Sin embargo, encuestas revelan que casi seis de cada diez usuarios admiten usarlas más de lo debido. Las lentes viejas o sobreutilizadas no solo resultan incómodas, sino que también aumentan el riesgo de acumulación bacteriana, arañazos e infecciones. 2. Dormir con las lentes de contacto A menos que se trate específicamente de lentes de uso prolongado, dormir con ellas está totalmente desaconsejado. Durante el sueño, los ojos reciben menos oxígeno y el intercambio de lágrimas se reduce, creando el ambiente perfecto para que las bacterias prosperen. Esto puede derivar en queratitis microbiana, una afección dolorosa y potencialmente peligrosa para la visión. 3. Usar prácticas de limpieza inadecuadas Muchos usuarios de lentes de contacto descuidan la limpieza. Algunos incluso recurren a enjuagarlas con agua del grifo, saliva o solución caducada, lo cual puede introducir microorganismos dañinos como la Acanthamoeba, un parásito capaz de causar infecciones corneales graves. 4. No lavarse y secarse bien las manos Manipular las lentes con manos sucias o mojadas transfiere gérmenes directamente a los ojos. Incluso el agua limpia no es segura, ya que puede contener microbios que se desarrollan en el entorno ocular. 5. Ignorar la higiene del estuche de las lentes Una lente limpia puede contaminarse si se guarda en un estuche sucio. El líquido usado, el polvo y la humedad se convierten rápidamente en caldo de cultivo para bacterias. Los estudios recomiendan reemplazar los estuches cada tres meses, incluso con limpieza regular. 6. Comprar soluciones baratas o inadecuadas Ahorrar dinero con soluciones genéricas u opciones de bajo costo puede parecer inofensivo, pero no todas están formuladas para tu tipo de lente. Usar la solución equivocada reduce la eficacia de desinfección y puede causar irritación. 7. Usar las lentes en condiciones poco seguras Los ambientes secos, como zonas de gran altitud o espacios interiores calefaccionados, pueden causar incomodidad y reducir el oxígeno que llega al ojo. Del mismo modo, nadar o ducharse con lentes aumenta el riesgo de infecciones, ya que el agua suele contener microorganismos dañinos.