El gobierno de EE. UU. corre el riesgo de un cierre el 1 de octubre debido a que el Congreso no ha llegado a un acuerdo sobre el financiamiento federal. Si ocurre un cierre, los servicios gubernamentales no esenciales podrían detenerse, provocando licencias temporales, posibles despidos permanentes y la interrupción de programas que afectan a los ciudadanos. Los cierres prolongados pueden ralentizar el crecimiento económico y dañar la confianza pública en el gobierno.
El presidente Trump propuso otorgar a los estadounidenses reembolsos de entre 1.000 y 2.000 dólares provenientes de los ingresos arancelarios, que asegura superarán el billón de dólares anuales. Planea usar estos fondos primero para reducir la deuda nacional y luego distribuir el resto. La propuesta surge mientras la Corte Suprema se prepara para fallar sobre la legalidad de los aranceles, lo que podría obligar a devolver sumas masivas.