La idea de visitar los Estados Unidos, pasear por Central Park, contemplar el Gran Cañón o finalmente tomar ese selfie de Instagram frente a la Casa Blanca es emocionante.
A medida que la segunda dama de Estados Unidos, Usha Vance, entra cada vez más en el ojo público junto a su esposo, el vicepresidente estadounidense JD Vance, está en los titulares no solo por su presencia equilibrada en eventos oficiales, sino también por la historia profundamente resonante que representa, la de una mujer indio-americana de primera generación que se eleva a una de las posiciones sociales más altas de los Estados Unidos.