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El CEO de IA de Microsoft, Mustafa Suleyman, afirma que su misión es hacer a la compañía autosuficiente en IA

El responsable de IA de Microsoft, Mustafa Suleyman, busca que la empresa sea autosuficiente en el desarrollo de una superinteligencia de primer nivel y segura. Reconoce que los costes son enormes —posiblemente de cientos de miles de millones de dólares—, lo que dificulta que las startups compitan con gigantes tecnológicos como Microsoft, que cuentan con un fuerte respaldo financiero e infraestructura a gran escala. La carrera por la IA avanzada está impulsando inversiones masivas en todas las grandes empresas tecnológicas.
El CEO de IA de Microsoft, Mustafa Suleyman, afirma que su misión es hacer a la compañía autosuficiente en IA
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
El CEO de IA de Microsoft, Mustafa Suleyman, reveló que su misión es convertir a la empresa en autosuficiente en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial (IA) de frontera. Esto, aseguró, permitirá al gigante del software crear “un equipo de superinteligencia absolutamente de clase mundial”. Durante su participación en el pódcast Moonshots with Peter Diamandis, Suleyman afirmó: “Estamos empujando claramente hacia la frontera. Queremos construir la mejor superinteligencia y la superinteligencia más segura del mundo”. El mes pasado, Suleyman ya había señalado que su equipo está “tratando de construir una superinteligencia humanista”, alineada con los intereses humanos. Microsoft forma parte del grupo de grandes empresas tecnológicas que compiten por alcanzar la inteligencia artificial general (AGI), o superinteligencia. La AGI se define como sistemas de IA capaces de realizar la mayoría de las tareas con un nivel comparable al humano, mientras que la superinteligencia representa una etapa aún más avanzada.

¿Pueden las startups competir con las Big Tech?

Sobre la posibilidad de que las startups puedan competir con los gigantes tecnológicos, Suleyman fue cauto. En el pódcast afirmó que “es difícil decirlo”, dado el enorme coste que implica mantenerse en la carrera de la IA. “La ambigüedad es lo que está impulsando la efervescencia de las valoraciones. Si de repente se produce una explosión de inteligencia, muchas empresas podrían llegar al mismo tiempo”, explicó. Competir en la élite de la IA costará cientos de miles de millones de dólares en los próximos cinco a diez años, según Suleyman. Esta cifra incluye lo que Microsoft está pagando por investigadores individuales y personal técnico altamente especializado, lo que le lleva a concluir que “claramente existe una ventaja estructural al estar dentro de una gran empresa” como Microsoft. El directivo comparó la escala actual de Microsoft con la de una empresa moderna de construcción, donde cientos de miles de trabajadores están levantando gigavatios de capacidad en CPUs y aceleradores de IA. Reconoció que mantenerse en el juego de la IA tiene un precio muy alto, pero que la compañía puede afrontarlo gracias a sus recursos financieros. Microsoft reportó recientemente 77.700 millones de dólares en ingresos trimestrales y cuenta con una capitalización bursátil de 3,54 billones de dólares, lo que le proporciona el capital necesario para inversiones masivas en infraestructura y talento. Otras grandes tecnológicas también están dispuestas a gastar miles de millones en el desarrollo de IA. En septiembre, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, afirmó que preferiría arriesgarse a “malgastar un par de cientos de miles de millones” antes que quedarse atrás en la carrera por la superinteligencia. Advirtió que, si esta surge antes de lo esperado y una empresa reacciona con lentitud, podría quedar fuera de juego en “la tecnología más importante para la creación de nuevos productos, innovación y valor en la historia”. Las inversiones en centros de datos para IA también se están disparando. En los últimos meses, gigantes como Microsoft, Meta, Google y Amazon han incrementado de forma agresiva su gasto en infraestructura en la nube, esencial para desarrollar y ejecutar modelos avanzados de inteligencia artificial.