El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió recientemente contra Europa y otros países por imponer impuestos digitales a las compañías tecnológicas estadounidenses. En una publicación en Truth Social, Trump amenazó con imponer “sustanciales” aranceles a cualquier nación que adopte este tipo de gravámenes.
Según Bloomberg, la amenaza se produjo después de que Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta Platforms Inc., expresara en una reunión en la Casa Blanca su preocupación por estos impuestos. Trump añadió que pondría “en aviso” a todos los países que los apliquen y que también impondría restricciones a la exportación de semiconductores estadounidenses.
Meta obtiene la mayor parte de sus ingresos a través de la publicidad dirigida a usuarios de Instagram, Facebook y WhatsApp. Las declaraciones de Trump reavivan una disputa de larga data con los socios comerciales de EE. UU., que comenzó mucho antes del encuentro de la semana pasada con Zuckerberg. Funcionarios estadounidenses han planteado el asunto en conversaciones comerciales con varias naciones y con la Unión Europea, argumentando que los impuestos digitales afectan de manera desproporcionada a gigantes tecnológicos como Meta, Amazon y Alphabet (propietaria de Google).
Durante la reunión, celebrada en la Casa Blanca, ambos discutieron sobre los impuestos digitales y lo que consideran un exceso regulatorio por parte de Europa. Meta, cuya principal fuente de ingresos es la publicidad digital, se ve directamente afectada por estos tributos, que gravan los ingresos generados por usuarios en cada país.
Dinámicas cambiantes entre Trump y Zuckerberg
El encuentro privado refleja un cambio en la relación entre Zuckerberg y Trump, quien en el pasado calificó al CEO de Meta de “criminal”. Desde el regreso de Trump al poder, ambos han acercado posiciones. Zuckerberg ha visitado en varias ocasiones la Casa Blanca y el resort Mar-a-Lago del mandatario, y su empresa incluso contribuyó con un millón de dólares a la investidura presidencial.
Los dos han tratado temas como la inteligencia artificial y la regulación europea de las grandes tecnológicas. Trump reconoció públicamente la mejora de su relación el martes, durante una reunión de gabinete, cuando mostró un gráfico entregado por Zuckerberg que ilustraba la magnitud de un nuevo centro de datos de Meta en la zona rural de Luisiana. Trump se mostró impresionado por el proyecto, que según dijo, tendría un coste de 50.000 millones de dólares.
Aunque la reunión con Zuckerberg parece haber precedido de forma directa a sus últimas declaraciones, la oposición de Trump a los impuestos digitales no es nueva. Su administración ha insistido reiteradamente en este tema ante varios países y la Unión Europea, defendiendo que estos tributos apuntan de manera injusta contra las tecnológicas de EE. UU.
Actualmente, países como Francia, Italia, Austria, España y el Reino Unido aplican impuestos sobre los servicios digitales.