El fundador de SoftBank Group, Masayoshi Son, reveló que “estaba llorando” cuando vendió la participación de la compañía en Nvidia, mostrando lo difícil que fue separarse del fabricante de chips, que sigue creciendo rápidamente. Esta salida emocional deja una pregunta clave: ¿qué obligó al segundo hombre más rico de Japón a vender las acciones si no quería hacerlo?
Hablando en el foro FII Priority Asia en Tokio el lunes, Son explicó la revelación de SoftBank en noviembre de que había vendido toda su participación en Nvidia por 5.83 mil millones de dólares. Dijo que la decisión se tomó únicamente por la necesidad de obtener capital para inversiones en inteligencia artificial, y no por falta de confianza en Nvidia.
Apostando por ChatGPT
La apuesta de SoftBank por la IA también incluye una inversión importante en OpenAI. Según una fuente que habló con CNBC, la empresa japonesa podría “aumentar” su inversión en el creador de ChatGPT dependiendo de su desempeño y valoración en futuras rondas de financiación.
A principios de este año, Son afirmó que SoftBank estaba “all in” con OpenAI y predijo que la startup algún día se convertiría en la empresa más valiosa del mundo. Esa apuesta ya ha dado resultados: SoftBank informó el mes pasado que su beneficio neto del segundo trimestre más que se duplicó hasta 2.5 billones de yenes (16.6 mil millones de dólares), gracias al aumento de valor de sus participaciones en OpenAI.
Las dudas sobre la enorme cantidad de dinero que está entrando en la IA han generado temores sobre una posible burbuja. Son rechazó firmemente estas preocupaciones durante su discurso, argumentando que los críticos están subestimando la magnitud del sector.
Afirmó que quienes hablan de una burbuja de IA “no son lo suficientemente inteligentes” y predijo que la “súper inteligencia artificial” y los robots impulsados por IA generarán al menos el 10% del PIB mundial a largo plazo — una contribución que, según él, compensará con creces las inversiones de billones de dólares en esta tecnología.