En el mundo de la tecnología, cambiar de rumbo es casi parte del camino. Pero cuando detrás de cada proyecto hay personas, ideas, años de esfuerzo y sueños compartidos, los cambios duelen. Esta semana, Verily, la empresa de ciencias de la vida de Alphabet (la matriz de Google), anunció que cerrará su división de dispositivos médicos y despedirá a parte de su equipo.
El anuncio, hecho por el CEO Stephen Gillett en una carta interna, fue claro pero cuidadoso. La empresa dejará atrás proyectos emblemáticos como su reloj para monitoreo en ensayos clínicos, su sistema de imágenes retinianas y su colaboración con Dexcom para controlar la glucosa. En su lugar, Verily concentrará su energía en herramientas de salud impulsadas por inteligencia artificial y datos de precisión médica.
Una despedida con reconocimiento
Aunque las razones detrás del cambio son comprensibles —el sector médico digital se está moviendo rápidamente hacia soluciones basadas en datos—, el mensaje fue también un gesto de gratitud hacia quienes trabajaron durante años en esos productos físicos que ahora se apagan.
“Este no es un reflejo del valor de su trabajo, sino del momento en el que estamos y hacia dónde vamos”, escribió Gillett.
Los empleados que dejan Verily no son simplemente parte de una estadística. Son investigadores, ingenieros, médicos y diseñadores que apostaron por la idea de mejorar la salud global con tecnología tangible. Verily se comprometió a ofrecerles apoyo durante la transición, algo que —aunque no borra la pérdida— alivia el golpe.
El futuro que se perfila
La decisión de abandonar el hardware se alinea con una estrategia más amplia de enfocarse en inteligencia artificial aplicada a la salud, un campo donde Verily ya tiene una base sólida. El objetivo es claro: construir soluciones que puedan escalar más rápido, llegar a más personas y adaptarse al ritmo vertiginoso del mundo digital.
Es un cambio que, si bien puede parecer técnico, también representa una apuesta por la sostenibilidad, la eficacia y el impacto a largo plazo. Es decir, Verily no deja de buscar la salud del mañana —solo lo hará por un camino diferente.
Recordar lo construido
Es importante detenerse un momento y reconocer lo que sí se logró: los dispositivos médicos de Verily ayudaron a mejorar ensayos clínicos, acercaron la tecnología a pacientes reales y permitieron a la ciencia medir, entender y actuar. Esa historia no se borra. Queda en los aprendizajes, en las patentes, en las conexiones humanas, y —más importante aún— en la motivación de quienes ahora siguen adelante.
Una pausa, no un final
En estos tiempos donde todo parece moverse rápido y lo digital se impone, recordar el lado humano es más necesario que nunca. Verily cambia, sí, pero lo hace con respeto y visión. Y quienes dejan la empresa hoy no pierden su valor: llevan consigo un capítulo de innovación real, útil y profundamente humana.