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Conoce a Charlie Javice: la mujer que estafó a JP Morgan por 175 millones de dólares — pero el banco sigue pagando 142 millones por sus gastos legales

La fundadora de una fintech, Charlie Javice, engañó a JPMorgan para que comprara su startup por 175 millones de dólares. Aunque fue declarada culpable y está en prisión, el banco todavía está pagando más de 142 millones en sus gastos legales debido a una cláusula del acuerdo de adquisición. Esta situación muestra un gran fallo en la revisión del banco y cómo algunas protecciones contractuales pueden volverse en su contra.
Conoce a Charlie Javice: la mujer que estafó a JP Morgan por 175 millones de dólares — pero el banco sigue pagando 142 millones por sus gastos legales
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
La historia de Charlie Javice parece casi increíble: una joven fundadora de una fintech que engañó a JPMorgan para comprar su startup por 175 millones de dólares, fue condenada por fraude y ahora cumple una pena de prisión. Sin embargo, la misma empresa a la que estafó sigue pagando más de 142 millones de dólares por sus gastos legales, incluyendo gastos dudosos como mejoras de habitaciones de hotel de lujo y “crema anticelulitis”.

Cómo un acuerdo de startup terminó en un gran fraude

Javice creó Frank, una plataforma que decía ayudar a los estudiantes a navegar el proceso de ayuda financiera. Cuando JPMorgan consideró comprar la startup en 2021, ella supuestamente presentó millones de cuentas de estudiantes como usuarios reales. Más tarde, los fiscales dijeron que estas cifras habían sido inventadas y que Javice contrató a un científico de datos para crear perfiles falsos y aumentar el valor de Frank. JPMorgan completó la compra creyendo que Frank tenía más de cuatro millones de usuarios, pero después del acuerdo descubrió que la plataforma tenía solo una pequeña parte de esa cifra. El banco avisó a las autoridades y, en 2023, Javice fue arrestada por fraude federal.

Una condena que no detuvo las facturas

En marzo de 2025, Javice fue declarada culpable de varios cargos de fraude y sentenciada a más de siete años de prisión. Pero aquí es donde la historia toma un giro inesperado: a pesar de haber estafado al banco, aún puede cobrar a JPMorgan sus gastos legales debido a una cláusula de indemnización incluida en el acuerdo de adquisición. Esta cláusula, común en las compras de startups, obliga a JPMorgan a cubrir ciertos gastos legales de los antiguos ejecutivos de Frank. Como resultado, el banco ya ha pagado más de 142 millones de dólares por la defensa legal de Javice y de su excolega Olivier Amar. La cláusula normalmente protege a ejecutivos de demandas injustas después de una adquisición. Pero en este caso, ha dejado a JPMorgan con la extraña obligación de financiar la defensa de alguien que les estafó. Si el banco hubiera verificado los datos reales de usuarios de Frank —como pedir acceso directo a los registros o hacer una auditoría básica— todo esto podría haberse evitado.

Los gastos polémicos

La frustración de JPMorgan ha aumentado a medida que las facturas han crecido. El banco afirma que los gastos incluyen artículos personales como crema anticelulitis, mejoras de viaje en primera clase y lujos de hotel. Sus abogados dicen que los registros de facturación incluyen “abusos extremos”, como horas de trabajo que parecen físicamente imposibles. Un portavoz de Javice niega que ella haya enviado esos gastos, afirmando que su equipo legal es el responsable de toda la facturación.

Por qué JPMorgan no puede dejar de pagar

Aunque Javice ya fue condenada, ahora está apelando su caso, y la cláusula de indemnización significa que el banco debe seguir pagando sus gastos legales a menos que un tribunal decida lo contrario. JPMorgan está intentando convencer a un juez de Delaware de detener los pagos, argumentando que el sistema está siendo mal utilizado. Este caso se ha convertido en una gran lección sobre los riesgos de adquirir startups demasiado rápido. La falta de verificación adecuada del número de usuarios de Frank ha dejado al banco atrapado en uno de los errores de diligencia debida más caros y vergonzosos de los últimos años.