En una época donde casi todo se puede hacer con un clic y un poco de IA, Google ha decidido poner el freno y volver a lo básico: entrevistas presenciales. Sí, en persona. De esas donde uno estrecha la mano, se sienta frente a alguien y demuestra lo que sabe sin depender de ninguna pantalla.
¿Por qué este cambio? La razón es tan moderna como el problema que enfrenta: la inteligencia artificial está colándose en los procesos de selección, y no precisamente como ayuda, sino como trampa.
¿Qué está pasando realmente?Durante una charla reciente con empleados, el CEO de Google, Sundar Pichai, explicó que han comenzado a exigir al menos una ronda de entrevistas en persona en muchos procesos de contratación, especialmente en roles técnicos.
“Estamos viendo candidatos que usan herramientas de IA para responder preguntas técnicas durante las entrevistas virtuales”, reconoció Pichai.
“
Queremos asegurarnos de que quienes contrata Google sean realmente quienes dicen ser”.
La decisión viene después de que múltiples empresas notaran un aumento preocupante de postulantes que, durante entrevistas remotas, recibían ayuda no autorizada o incluso se hacían reemplazar por terceros. En tiempos donde los modelos de lenguaje pueden responder preguntas técnicas con soltura, el riesgo es claro: contratar a alguien que, en realidad, no domina lo que aparenta.
No es solo GoogleGoogle no está solo. Empresas como Amazon, Deloitte, Cisco y McKinsey también han vuelto a implementar entrevistas presenciales o controles más estrictos en el proceso de selección. Se trata, en parte, de adaptarse a una nueva realidad: cuando la tecnología avanza más rápido que la ética, hay que repensar las reglas del juego.
Volver a mirarnos a la caraLa medida no es solo técnica, también es cultural. En palabras del propio Pichai, ver al candidato en persona también ayuda a transmitir la cultura de la empresa, generar confianza mutua y detectar habilidades blandas que ninguna IA puede reemplazar: comunicación, presencia, empatía.
Porque más allá de saber programar o resolver problemas, en Google —como en tantas empresas— también importa quién eres cuando apagas la cámara.
Una apuesta por lo auténticoVolver al cara a cara no significa desechar lo aprendido durante la pandemia. Muchas entrevistas seguirán siendo virtuales, especialmente en etapas iniciales. Pero cuando llega el momento clave de decidir si una persona será parte del equipo, Google quiere mirar a los ojos, no a una pantalla.
Es un gesto simple, pero poderoso: en tiempos de automatización, apostar por lo humano sigue siendo una decisión inteligente.
En Google recupera las entrevistas presenciales para mantener la confianza en la era de la IAGoogle no le da la espalda a la tecnología —todo lo contrario—, pero tampoco quiere perder el control de algo fundamental: la confianza. Con esta vuelta a lo presencial, busca mantener el estándar de excelencia que lo ha definido por años, sin dejar de reconocer que, a veces, lo más avanzado… es volver a lo esencial.