Los científicos están observando la posible formación de un nuevo océano en la región de Afar, en el noreste de África, un lugar geológico muy especial. Las primeras mediciones magnéticas de 1968, junto con datos recientes del Mar Rojo y del Golfo de Adén, muestran cómo la corteza continental se está separando y transformando poco a poco en corteza oceánica. Estos descubrimientos ofrecen una oportunidad única para observar, casi en tiempo real, el nacimiento de una nueva cuenca oceánica.
La región de Afar es uno de los pocos lugares en la Tierra donde un nuevo océano podría formarse en los próximos millones de años. Aquí se unen tres grandes sistemas tectónicos: el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Gran Valle del Rift. El paisaje está lleno de valles profundos, volcanes, fisuras y placas que se están moviendo lentamente. Las mediciones realizadas en 1968 revelaron anomalías magnéticas bajo la superficie, mostrando estructuras ocultas formadas por actividad tectónica y volcánica tanto antigua como reciente. Al combinar estos datos con información del Mar Rojo y del Golfo de Adén, los científicos pueden reconstruir cómo evoluciona la corteza terrestre en esta zona.
Cómo las anomalías magnéticas ayudan a estudiar el nacimiento de un océano
El estudio aeromagnético de 1968 midió la intensidad magnética total en el sur y centro de Afar. El análisis mostró anomalías lineales que se extendían por más de 100 kilómetros. Muchas de ellas tenían una orientación este-oeste y cruzaban el rift principal, que se orienta noreste-suroeste. En el norte de Afar, algunas anomalías se desviaban unos treinta grados del eje principal del Mar Rojo, lo que sugiere una interacción compleja entre estructuras antiguas y nuevas intrusiones volcánicas.
En la zona de Erta Ale, un complejo volcánico muy activo, las anomalías magnéticas eran especialmente fuertes, indicando movimiento repetido de magma durante millones de años. Estas señales permitieron identificar bloques de corteza, caminos del rift y zonas de actividad magmática, mostrando cómo la región podría evolucionar hacia una futura cuenca oceánica.
Qué muestran los datos del Mar Rojo y del Golfo de Adén sobre Afar
Un estudio reciente digitalizó los datos de 1968 e integró las mediciones magnéticas históricas del Mar Rojo y del Golfo de Adén. El resultado fueron mapas detallados de la intensidad magnética total y del primer derivado vertical. Estos mapas mostraron grandes variaciones en la orientación de las anomalías. En el sur de Afar, muchas anomalías corrían casi perpendiculares a los principales rifts. En el Golfo de Tadjura, en cambio, las anomalías se alineaban claramente con fallas conocidas.
Estas diferencias indican varias fases de rifting a lo largo de millones de años. La actividad volcánica del Mioceno dejó huellas magnéticas que luego fueron modificadas por erupciones más recientes. Con estos datos combinados, los científicos pueden reconstruir la historia tectónica de la región y entender cómo estos procesos podrían llevar a la apertura de un nuevo océano. Los mapas también muestran señales sutiles que indican deformación de la corteza, intrusiones de magma y cambios en los límites de las placas tectónicas.
Cómo los patrones tectónicos y de magma han moldeado Afar
La distribución de las anomalías magnéticas ofrece información valiosa sobre los procesos tectónicos antiguos y actuales. Las anomalías que cruzan el rift muestran episodios repetidos de extensión de la corteza y de intrusión de magma. Su orientación, comparada con estructuras antiguas, demuestra que los primeros eventos de rifting guiaron el camino de las intrusiones volcánicas posteriores.
Al estudiar estas señales, los científicos pueden distinguir entre bloques de corteza que se formaron durante las primeras fases de ruptura continental y áreas que fueron modificadas por actividad volcánica más reciente. Esto ayuda a explicar cómo la corteza continental puede transformarse en corteza oceánica con el tiempo.
Qué enseña Afar sobre el nacimiento de los océanos
Al unir los datos de Afar con los del Mar Rojo y el Golfo de Adén, los investigadores consideran esta región como un “laboratorio natural” para entender cómo nacen los océanos. Las diferencias entre las anomalías magnéticas y las estructuras visibles muestran que el proceso de ruptura continental no es lineal; ocurre en fases y con cambios inesperados. Las señales persistentes revelan huellas dejadas por eventos tectónicos y magmáticos muy antiguos.
Estos mapas detallados permiten reconstruir la secuencia de eventos que llevan de la extensión continental a la formación final de una cuenca oceánica. Observar este proceso en tiempo real es una oportunidad única para la ciencia.
Lo que las conexiones regionales revelan sobre el futuro tectónico de Afar
Las anomalías magnéticas del sur de Afar son muy parecidas a las del Golfo de Adén, mientras que las del norte se desvían del eje del Mar Rojo. Esto muestra que la evolución del rift no es igual en toda la región. Estudios en Yibuti y Yemen confirman que estos patrones forman parte de un sistema tectónico más grande que se extiende por el noreste de África.
Estas conexiones ayudan a crear modelos geofísicos más precisos sobre cómo se rompe un continente y cómo nacen los océanos. Gracias a esto, los científicos pueden predecir cómo Afar podría evolucionar hacia un centro de expansión oceánica completamente desarrollado en millones de años.