El creciente interés científico en el microbioma humano ha llevado a estudiar cómo las exposiciones diarias pueden influir en nuestras bacterias intestinales. Los químicos industriales, agrícolas y los que encontramos en productos del hogar pueden entrar en el cuerpo a través de los alimentos, el agua o el contacto con la piel. Por eso, los investigadores ahora analizan si estos productos pueden afectar a las bacterias del intestino de formas que antes no imaginábamos.
Nueva investigación que cambia lo que creíamos
Un experimento de 2025 examinó 1.076 químicos utilizados en agricultura e industria y cómo afectaban a 22 especies representativas de bacterias humanas. El estudio, publicado en
Nature Microbiology, encontró que
168 químicos inhibían el crecimiento de bacterias, incluyendo pesticidas, retardantes de fuego y plastificantes que antes no se consideraban antimicrobianos. Algunos químicos afectaron a varias especies, mostrando un impacto más amplio del que se pensaba.
Estos resultados cuestionan la idea previa de que muchos químicos cotidianos no interactúan con nuestras bacterias. Sugieren que la exposición a pesticidas, microplásticos y contaminantes presentes en el hogar podría cambiar la diversidad microbiana de forma sutil pero significativa.
Los científicos también observaron respuestas de estrés bacteriano similares a las causadas por antibióticos, lo cual podría influir en patrones de resistencia. Aunque los estudios en laboratorio no replican totalmente el intestino humano, los hallazgos generan preguntas importantes sobre cómo la exposición repetida podría alterar la estabilidad microbiana con el tiempo.
Por qué las bacterias intestinales son importantes
El microbioma intestinal ayuda a digerir fibras y carbohidratos complejos, produce metabolitos que apoyan el sistema inmunológico y protege contra bacterias dañinas. También participa en la regulación de la inflamación y en procesos metabólicos esenciales. Cuando la diversidad microbiana disminuye, estos procesos se debilitan, aumentando la inflamación, el malestar digestivo y el riesgo de enfermedades.
El microbioma cambia según la dieta, el estilo de vida y la exposición ambiental, por lo que es especialmente sensible a sustancias químicas que pueden favorecer a unas bacterias y perjudicar a otras.
Riesgos para la salud por exposición prolongada
Cuando los químicos afectan el equilibrio microbiano, las consecuencias pueden ir más allá de la digestión. Menos bacterias beneficiosas significan menos ácidos grasos protectores, una barrera intestinal más débil y más riesgo de inflamación. Con el tiempo, estos cambios pueden contribuir a problemas metabólicos, inflamación crónica o alteraciones en la comunicación intestino-cerebro.
El estudio de 2025 también mostró que algunos químicos activan mecanismos similares a la resistencia a antibióticos. Si esto ocurre dentro del cuerpo, podría facilitar la expansión de bacterias resistentes, complicando futuros tratamientos médicos.
Personas vulnerables —como niños o quienes ya tienen problemas intestinales— podrían verse aún más afectadas.
Cómo proteger tu intestino de los contaminantes
Aunque aún se investiga el impacto real en humanos, puedes tomar medidas prácticas:
- Lavar bien frutas y verduras para reducir pesticidas.
- Limitar el uso de pesticidas y productos de limpieza muy fuertes.
- Utilizar filtros de agua que eliminen contaminantes químicos.
- Consumir una dieta rica en fibra y alimentos fermentados.
- Evitar antibióticos cuando no son necesarios.
Estos hábitos pueden ayudar a mantener una microbiota más estable y resiliente.
Aviso: Este artículo es solo informativo y no reemplaza la consulta médica. Habla con un profesional de salud antes de hacer cambios en tu dieta o estilo de vida.