Puede sonar vergonzoso o incluso un poco asqueroso, pero la ciencia dice que los gases pueden tener más importancia de lo que pensamos. Estudios recientes indican que oler tus propios gases podría tener ciertos beneficios para la salud. Esta idea tan curiosa está relacionada con un gas llamado sulfuro de hidrógeno (H₂S), que aparece naturalmente durante la digestión. Aunque grandes cantidades de este gas son peligrosas, las cantidades muy pequeñas que produce el cuerpo podrían ayudar a proteger células del cerebro y del cuerpo, y frenar el daño relacionado con la edad. Así que ese olor desagradable puede no ser completamente inútil.
¿Qué es ese olor?
La flatulencia —o “pedo”, como se dice más comúnmente— es una parte normal de la digestión. Cuando la comida llega al intestino, las bacterias la descomponen y liberan gases, incluido el sulfuro de hidrógeno. Este gas es el responsable del olor a “huevo podrido”. Cantidades grandes de H₂S son peligrosas, por eso debemos evitar la exposición fuerte en laboratorios o industrias. Pero las cantidades que produce nuestro cuerpo son muy pequeñas y, en teoría, podrían no ser dañinas.
La sorprendente ciencia detrás de esto
Un estudio de Johns Hopkins Medicine encontró que el sulfuro de hidrógeno podría ayudar a proteger las células del cerebro a medida que envejecemos. Lo hace mediante un proceso llamado “sulfhidratación”, que ayuda a que ciertas proteínas del cerebro funcionen bien. En estudios con animales diseñados para imitar enfermedades como el Alzheimer, los compuestos que liberan H₂S mejoraron la memoria y el movimiento.
Otros estudios de laboratorio muestran que el H₂S también puede proteger las mitocondrias, que son las “centrales de energía” de las células. Esto podría significar beneficios para el corazón, los riñones y la resistencia a la inflamación.
Las afirmaciones y las precauciones
Los estudios sugieren que el sulfuro de hidrógeno natural del cuerpo ayuda a regular las células y a protegerlas del daño. Algunos científicos creen que un “pequeño olfato” de tus propios gases podría darte una exposición mínima que tal vez sea positiva. Pero hay advertencias importantes:
- No existen estudios fuertes en humanos.
- La cantidad de H₂S en un gas es muy pequeña.
- Los científicos dicen que “oler gases para mejorar la salud” es una simplificación exagerada.
Por eso, aunque es un tema interesante, no significa que debas oler tus gases como tratamiento.
Conclusión
Tener gases es normal y saludable para la digestión. Tu cuerpo produce sulfuro de hidrógeno, y en teoría, podría ayudar a proteger las células. Pero no hay pruebas de que oler tus propios gases mejore la salud. Los resultados vienen de experimentos de laboratorio, no de pruebas reales en personas. Para mantenerte sano, hábitos como buena alimentación, ejercicio y sueño siguen siendo mucho más efectivos que un olor a huevo podrido.