Los dulces cargados de azúcar, los platos muy especiados y las preparaciones a base de carne pueden convertirse en una receta perfecta para la acidez durante las fiestas. Las cenas tardías y la tentadora mesa de postres son parte de lo más esperado de la Navidad, pero también pueden pasar factura al sistema digestivo.
Sin embargo, con algunos ajustes simples es posible disfrutar de las comidas festivas sin molestias. Diversos estudios señalan que los alimentos típicos de estas fechas no solo son “pesados”, sino que pueden relajar el esfínter esofágico inferior, facilitando que el ácido del estómago suba hacia el esófago.
Platos navideños que pueden causar acidez
Muchas recetas tradicionales de Navidad entran en la categoría de alimentos “reflujo-génicos”, es decir, con alta probabilidad de provocar reflujo. Los alimentos ricos en grasa —como salsas cremosas, platos gratinados con queso, puré de patatas con mantequilla, aperitivos fritos y carnes grasas— retrasan el vaciado gástrico y reducen la presión del esfínter esofágico inferior, dejando el esófago más expuesto al ácido.
Los bombones de chocolate negro, pasteles de chocolate intensos y bebidas a base de cacao también son desencadenantes frecuentes. Esto se debe a la cafeína y a otras sustancias presentes en el chocolate que relajan dicho esfínter. Los postres o dulces con menta o hierbabuena pueden generar un efecto similar, ya que esta planta es conocida por reducir la presión del esfínter en personas con reflujo.
Los platos con base de tomate —como pizzas con mucho queso, lasañas o salsas de tomate especiadas— aumentan la acidez de la dieta y pueden irritar un esófago ya sensible. Lo mismo ocurre con bebidas cítricas, carnes glaseadas con naranja o postres con limón, ya que los alimentos ácidos suelen empeorar los síntomas del reflujo gastroesofágico.
Bebidas que empeoran la acidez sin que lo notes
Lo que bebes es tan importante como lo que comes. El alcohol —vino, cerveza o cócteles— está asociado con una reducción de la presión del esfínter esofágico inferior y una mayor exposición al ácido gástrico. Por eso muchas personas sienten ardor después de “solo un par de copas”.
Las bebidas con cafeína, como un café fuerte después de una comida abundante o postres con sabor a café, estimulan la secreción de ácido y agravan el problema. Las bebidas carbonatadas, desde refrescos hasta agua con gas, aumentan la presión dentro del abdomen, lo que puede empujar el contenido del estómago hacia arriba. Si se combinan burbujas, alcohol, cafeína y comidas muy grasas, el riesgo de acidez se multiplica.
Hábitos sencillos para evitar la acidez
Evita consumir alimentos muy picantes en exceso. Después de comer, beber agua tibia puede ayudar a neutralizar la acidez. Opta por porciones pequeñas y, si aún tienes hambre, repite después de un breve descanso. Esto reduce la distensión del estómago y la presión sobre el esfínter.
Comer despacio, haciendo pausas entre bocados y evitando comer con prisa, favorece una mejor digestión.
También es recomendable evitar cenas tardías. Deja pasar al menos dos o tres horas entre la cena y el momento de acostarte, para permitir que el estómago se vacíe adecuadamente. Si sabes que ciertos alimentos como el chocolate negro, la menta o el tomate te provocan acidez, consúmelos con moderación y en momentos puntuales, así podrás participar en las celebraciones sin sobrecargar tu sistema digestivo.
Remedios caseros que realmente funcionan
Existen métodos sencillos, sin medicación, respaldados por la observación clínica. Masticar chicle sin azúcar después de comer estimula la producción de saliva, lo que ayuda a neutralizar y eliminar el ácido del esófago. Permanecer erguido tras las comidas, por ejemplo dando un pequeño paseo por casa, mantiene el contenido del estómago en su lugar y reduce el riesgo de reflujo.
Con estos cuidados simples, es posible disfrutar plenamente de las fiestas navideñas, saborear tus platos favoritos y mantener la acidez bajo control.