Mientras aumenta el debate sobre la decisión de la administración Trump de subir las tarifas de las visas H-1B, otro problema práctico amenaza la ambición de Estados Unidos de construir una economía basada en la inteligencia artificial. Según el director ejecutivo de Ford,
Jim Farley, el plan del gobierno para liderar la manufactura de alta tecnología y la IA no tendrá éxito si ignora a las
industrias básicas y a los trabajadores calificados que mantienen el país en funcionamiento.
En una entrevista con
Axios, Farley advirtió que Estados Unidos no puede alcanzar el liderazgo tecnológico sin fortalecer su “
economía esencial”: los sectores de construcción, mantenimiento y oficios especializados que sustentan la infraestructura industrial y tecnológica.
A principios de este año, Farley publicó un blog titulado
“La economía esencial: reinvirtiendo en los trabajadores que mantienen en marcha a Estados Unidos”, donde señaló que, mientras gran parte del debate sobre la IA se centra en los trabajos de oficina, se está ignorando la
falta de electricistas, mecánicos y trabajadores de la construcción. Estos profesionales son fundamentales para construir fábricas, cadenas de suministro y centros de datos, pero el país enfrenta una grave escasez debido a la
falta de inversión en capacitación, regulaciones anticuadas y políticas migratorias restrictivas.
Un estudio reciente del Instituto Aspen citado por
Axios mostró una creciente brecha de productividad: las industrias digitales impulsadas por la computación en la nube y la IA aumentaron su productividad en un 28%, mientras que los sectores que “construyen, mueven y mantienen” el mundo físico han disminuido. Actualmente, Estados Unidos necesita alrededor de
600,000 trabajadores manufactureros, 500,000 en construcción y 400,000 técnicos automotrices para satisfacer la demanda.
Farley advirtió que esta escasez está aumentando los costos, reduciendo las ganancias y provocando retrasos — desde reparaciones de automóviles más lentas hasta obras viales demoradas y una falta de viviendas asequibles. “¿Cómo podemos recuperar toda esta producción si no tenemos a la gente para hacerlo?”, preguntó.
Más allá de la economía, Farley considera que la crisis refleja un
problema cultural: la poca valoración del trabajo manual. “Muchos estadounidenses prefieren que sus hijos sean ingenieros de software que ganan 170,000 dólares al año, en lugar de técnicos en climatización que ganan 97,000”, explicó.
Farley pidió un
cambio cultural y político, incluyendo una aprobación más rápida de permisos, reformas regulatorias y mayor inversión en formación profesional y programas de aprendices. También propuso usar
robótica, realidad aumentada e inteligencia artificial para mejorar la productividad en oficios como plomería, carpintería y reparación de automóviles.
Según Farley, la próxima cumbre
“Accelerate” será un paso clave para desarrollar políticas que apoyen a estas industrias vitales. “Si tenemos éxito —cuando tengamos éxito— podremos enfrentar problemas mayores”, dijo. “Por ahora, los problemas que tratamos de resolver son muy prácticos. Necesito 6,000 técnicos en mis concesionarios el lunes por la mañana.”