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La IA predice la pérdida de visión años antes de que aparezcan los síntomas en pacientes con queratocono

Una nueva herramienta de IA puede predecir el riesgo de ceguera por queratocono mucho antes. Investigadores del Moorfields Eye Hospital y del University College London la desarrollaron. La IA analiza escáneres oculares para identificar a los pacientes de alto riesgo. La detección temprana permite aplicar a tiempo tratamientos como el cross-linking, que previenen la pérdida de visión y reducen consultas innecesarias. Esta tecnología promete una mejor atención ocular y menos trasplantes en el futuro.
La IA predice la pérdida de visión años antes de que aparezcan los síntomas en pacientes con queratocono
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
Un nuevo avance en el cuidado ocular está dando que hablar: investigadores han desarrollado una herramienta de inteligencia artificial (IA) capaz de predecir si las personas con queratocono —un trastorno en el que la córnea se abomba y la visión empeora— terminarán perdiendo la vista, años antes de que los médicos pudieran detectarlo hasta ahora. El queratocono suele afectar a adolescentes y adultos jóvenes, provocando que la “ventana” frontal del ojo (la córnea) se estire y sobresalga lentamente. En algunos casos, esto solo causa visión borrosa y la necesidad de lentes de contacto especiales; pero en otros, la enfermedad avanza hasta provocar una grave pérdida visual e incluso la necesidad de un trasplante de córnea. Normalmente, los oftalmólogos vigilan de cerca a estos pacientes durante años, actuando solo cuando la enfermedad muestra un deterioro evidente. Hasta ahora, no existía una forma fiable de saber con antelación qué pacientes corrían un riesgo real y necesitaban un tratamiento temprano, y cuáles podían estar tranquilos y evitar un seguimiento constante y estresante. Los hallazgos del estudio se presentaron en el 43º Congreso de la Sociedad Europea de Cirujanos de Cataratas y Refractivos (ESCRS), según informó Science Daily. Un equipo de primer nivel del Moorfields Eye Hospital y del University College London utilizó IA para analizar más de 36.000 imágenes obtenidas mediante escáneres oculares de alta tecnología (OCT, tomografía de coherencia óptica) de casi 7.000 pacientes. Estas pruebas muestran con gran detalle la forma de la córnea. Además, la IA evaluó otros datos del paciente —edad, historial de escáneres, información médica— para detectar patrones que los humanos suelen pasar por alto. ¿Y los resultados? Bastante sorprendentes. En la primera visita, la IA pudo clasificar a los pacientes en dos grandes grupos: alrededor de dos tercios tenían una enfermedad estable y solo necesitaban controles de rutina; el tercio restante presentaba alto riesgo de pérdida visual rápida y, por tanto, necesitaba tratamiento inmediato. Cuando se incorporaron los datos de una segunda visita, la IA logró clasificar correctamente hasta el 90% de los casos, mucho antes de lo que suelen conseguir los médicos. ¿Cuál es el tratamiento? Si el queratocono se detecta antes de que aparezcan cicatrices, un tratamiento especial llamado “cross-linking” puede detener la progresión en más del 95% de los pacientes. Consiste en aplicar gotas de riboflavina (vitamina B2) y luz ultravioleta para reforzar la córnea, preservando la visión y evitando trasplantes, con muchos menos riesgos y complicaciones. El gran reto siempre ha sido identificar a tiempo a los pacientes que realmente necesitan este procedimiento… hasta ahora. ¿Por qué es tan importante? La nueva herramienta de IA podría significar:
  • Los pacientes de alto riesgo reciben tratamiento temprano, evitando la pérdida de visión.

  • Los pacientes estables y de bajo riesgo no se ven obligados a pasar años en consultas innecesarias.

  • Médicos y clínicas ahorran tiempo y recursos, enfocando la atención en quienes realmente lo requieren.

De momento, esta IA solo funciona con un tipo específico de escáner ocular, pero la tecnología podría adaptarse a otras marcas y hospitales. El próximo paso será realizar pruebas más amplias de seguridad antes de su uso generalizado. Los investigadores ya trabajan en modelos aún más potentes que procesen millones de imágenes, con el objetivo no solo de vigilar el queratocono, sino también de detectar infecciones y enfermedades oculares genéticas en fases tempranas. Si todo avanza como esperan, significará menos ceguera evitable y menos angustia para miles de jóvenes pacientes y sus familias.