¿Hacerse crujir los nudillos causa artritis? Mitos comunes desmentidos

La advertencia de siempre sobre que crujirse los nudillos provoca artritis parece ser más mito que realidad. Las investigaciones señalan que, mientras no haya dolor, este hábito no causa artritis, ni debilita los huesos ni desgasta las articulaciones. El característico chasquido proviene, probablemente, de burbujas de gas en el líquido sinovial. Sin embargo, si aparece dolor al hacerlo, puede indicar un problema subyacente, y practicarlo de forma habitual podría reducir ligeramente la fuerza de agarre.
¿Hacerse crujir los nudillos causa artritis? Mitos comunes desmentidos
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
Un hábito satisfactorio para algunos y una completa molestia para otros. Pero tanto si haces crujir un nudillo como si son los diez dedos a la vez, seguro que alguien te ha advertido: “Deja de hacer eso, te va a dar artritis”. Esa afirmación ha perseguido a los amantes del “pop” articular durante décadas. Pero ¿hay alguna verdad médica detrás o no es más que un mito que se ha transmitido como un viejo cuento popular? A pesar de más de sesenta años de estudios, la ciencia sobre el sonido y sus supuestas consecuencias no es tan clara como se podría pensar.

¿De dónde viene el sonido?

“Hacerse crujir los nudillos es cuando una persona ejerce tracción o tensión sobre una articulación, lo que genera una sensación de chasquido o estallido”, explica el Dr. Daniel J. Gittings, cirujano ortopédico de mano en el Hoag Orthopedic Institute de Irvine, California, en entrevista con WebMD.
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Una de las teorías más aceptadas se llama cavitación. Cuando el líquido sinovial de las articulaciones se mezcla con gases como el dióxido de carbono y se aplica tensión, se forma un espacio en la articulación y una burbuja se expande rápidamente y estalla. Ese es el ruido. Una vez que la burbuja explota, los gases tardan unos 20 minutos en volver a disolverse y en “recargar” la posibilidad de un nuevo chasquido. Otros expertos sugieren que el sonido también podría deberse al movimiento brusco de los tendones al encajarse o a una separación momentánea de las superficies articulares. Pero incluso estas teorías tienen limitaciones.

¿Puede causar problemas como la artritis?

En general, hacerse crujir los nudillos de forma indolora no es señal de nada peligroso. No debilita los huesos, no desgasta las articulaciones y, lo más importante: no causa artritis, según la investigación actual. Eso sí, hay matices. Si al hacerlo sientes dolor, es una señal de alarma. En esos casos, el ruido puede deberse a tejidos inflamados o hinchados que se mueven de manera anómala, no a una cavitación inocua.
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Y aunque la artritis no figura entre las consecuencias comprobadas, algunos estudios sugieren que quienes tienen la costumbre de hacerlo de forma habitual podrían experimentar con el tiempo una leve pérdida de fuerza en el agarre. Así que, aunque no te deje artrítico, quizá sí con un apretón de manos menos firme. El mito persiste sobre todo por una coincidencia: la artrosis, que aparece por el desgaste progresivo de los tejidos articulares, suele afectar a las articulaciones distales de los dedos, las mismas que muchos hacemos crujir. Por eso, cuando aparece dolor o rigidez en esa zona, es fácil culpar al hábito en lugar de a factores más complejos como la genética, la edad o el propio desgaste natural.

¿Deberías dejar de hacerlo?

Si no duele, probablemente no. Si duele, sin duda. Pero incluso en el caso de que sea un hábito inocuo, hay razones para no abusar. Más allá de la posible pérdida de fuerza, los movimientos repetitivos o la sobreextensión pueden irritar ligamentos o tejidos blandos cercanos, especialmente si ya existen problemas articulares previos.