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La historia de Halloween: del misticismo al desenfreno

Halloween, originado hace más de 2.000 años en el festival celta de Samhain, ha evolucionado de celebraciones místicas sobre la vida y la muerte a una festividad global llena de disfraces, dulces y diversión. Hoy combina tradición, terror y entretenimiento en una noche que une generaciones.
La historia de Halloween: del misticismo al desenfreno
(Crédito de la imagen: TIL Creatives)
Para muchos, octubre es sinónimo de una sola cosa: Halloween. Mencionarlo evoca historias escalofriantes, dulces, disfraces llamativos, películas de terror y, por supuesto, fiestas memorables. Pero la versión moderna de Halloween, llena de sustos y diversión, no siempre fue así. La historia de esta celebración es fascinante y compleja, con raíces que se extienden siglos atrás, a través de continentes y culturas, combinando significado espiritual, relevancia estacional y un toque de terror.

Orígenes de Halloween

Halloween se remonta al menos a 2.000 años atrás, al festival celta pagano de Samhain (pronunciado “sow-un”). Samhain significa “noviembre” en irlandés y su inicio se celebraba tradicionalmente el 31 de octubre con hogueras, música, bailes y banquetes. Esta festividad marcaba el fin de la cosecha y el inicio del invierno, un momento en que la vida y la muerte estaban muy presentes en la mente de los antiguos celtas. Según Dan Morris, anfitrión del podcast Tracing The Path: "Es el momento en que la oscuridad comienza a superar al sol y los días se acortan. Esto creó la idea de que el velo entre vivos y muertos era más delgado, invitando a los espíritus a regresar a visitar a los vivos." Muchos paganos modernos ven Samhain como una celebración del ciclo natural de la vida, en la que los espíritus aprenden y se reencarnan, y se establecen intenciones positivas para el año siguiente.

Una temporada de almas

El 31 de octubre también tiene importancia astronómica, marcando el punto medio entre el equinoccio de septiembre y el solsticio de diciembre. En muchas culturas, esta época del año se considera un momento en que el velo entre los mundos se vuelve más delgado, permitiendo la comunicación con los espíritus y reflexionando sobre la transición entre la vida y la muerte. Por ejemplo, el Día de los Muertos en México, celebrado el 1 de noviembre, honra a los que han partido al “otro mundo” y tiene raíces en culturas mesoamericanas antiguas.

Disfraces y pasteles de almas

Los antiguos celtas se disfrazaban con pieles y cabezas de animales para protegerse de espíritus malignos y atraer a los benévolos. Con el tiempo, esta práctica evolucionó en el uso de todo tipo de disfraces. Además, se ofrecía comida a los espíritus y las personas iban de puerta en puerta recitando versos a cambio de alimentos para los difuntos. Durante la Edad Media, esta tradición derivó en los “soul cakes”, pequeños pasteles especiados que se entregaban a quienes acudían a las casas, a cambio de rezos y canciones.

Halloween y el Día de Todos los Santos

Con la expansión del cristianismo en Europa, la Iglesia incorporó algunas tradiciones paganas. En el siglo VIII, el Papa Gregorio III trasladó la festividad cristiana de Todos los Santos al 1 de noviembre, haciendo que la víspera, el 31 de octubre, se conociera como All Hallows’ Eve, eventualmente abreviado a Halloween.

Halloween en Estados Unidos

La llegada de Halloween a Estados Unidos se debió principalmente a la Gran Hambruna de la Papa en Irlanda durante los años 1840, que provocó la migración masiva de irlandeses al país. Trajeron consigo las tradiciones espirituales y míticas que evolucionaron hasta convertirse en el Halloween moderno. Originalmente, Halloween era celebrado en pequeñas aldeas rurales. A principios del siglo XX, la festividad comenzó a expandirse con ferias de otoño y reuniones comunitarias. Sin embargo, también era una noche de travesuras: niños y adolescentes causaban daños, prendían fuego a objetos y jugaban bromas pesadas. Para controlar el caos, en las décadas de 1920 y 1930, las comunidades organizaron desfiles de disfraces y truco o trato supervisado, y surgieron libros como The Book of Hallowe’en, que ofrecían consejos sobre decoraciones y juegos temáticos para convertir Halloween en una festividad familiar.

De la tradición pagana a la cultura popular

Para la década de 1950, Halloween se había comercializado ampliamente. Estudios como Warner Brothers, Disney y Hanna-Barbera crearon series y películas con personajes caricaturescos de fantasmas, brujas y esqueletos, suavizando el terror original. Destacan:
  • Casper, el fantasma amistoso (1950)

  • Charlie Brown y la Gran Calabaza (1966)

También comenzaron los concursos escolares de tallado de calabazas, cuya tradición proviene de los Jack-o’-lanterns irlandeses originales, hechos con nabos y basados en la leyenda de Stingy Jack. Con el tiempo, se sustituyeron por calabazas, y los niños comenzaron a recibir dulces y caramelos como premio.

Halloween para adultos

Halloween como fiesta para adultos, con fiestas de disfraces sensuales y bebidas, se popularizó en la década de 1980. Empresas como Coors Light capitalizaron la festividad, utilizando figuras icónicas como Elvira para promover celebraciones con un enfoque más adulto.

Al final

Halloween ha pasado de ser un festival celta de transición entre estaciones, lleno de rituales y respeto por los espíritus, a una celebración cultural global que combina terror, diversión, dulces y creatividad en disfraces. Cada calabaza iluminada, cada disfraz y cada truco o trato es un eco de siglos de historia, mezclando lo místico con lo festivo. Halloween nos recuerda que, entre la vida y la muerte, el humor y el terror, hay una tradición que sigue uniendo generaciones alrededor de la magia de octubre.