El 5 de agosto de 2025 podría marcar uno de los días más cortos jamás registrados, con una duración aproximadamente 1,34 milisegundos inferior a las 24 horas estándar. Aunque esta reducción es imperceptible para los humanos, el fenómeno ha captado la atención de científicos en todo el mundo. Investigadores atribuyen esta ligera aceleración en la rotación de la Tierra a cambios en el núcleo del planeta y a fluctuaciones en la presión atmosférica. Si bien no alterará tu rutina diaria, las implicaciones podrían afectar sistemas que dependen de una medición del tiempo extremadamente precisa, como los relojes atómicos, las redes GPS y los sistemas globales de comunicación.
¿Qué causa que los días en la Tierra se acorten? La rotación de la Tierra no es completamente estable; fluctúa debido a diversas fuerzas geofísicas y astronómicas. Normalmente, una rotación completa toma 24 horas, o exactamente 86.400 segundos. Sin embargo, pequeñas desviaciones ocurren cuando factores internos o externos alteran la velocidad de giro del planeta. Uno de los principales factores detrás de estos cambios es el núcleo interno de la Tierra, que rota de forma independiente al manto y la corteza.
Investigaciones recientes indican que este núcleo ha estado desacelerándose durante décadas. Como resultado, el resto del planeta debe girar un poco más rápido para mantener el equilibrio, lo que provoca días más cortos. Imagina a una patinadora artística: cuando recoge los brazos, gira más rápido; cuando los extiende, se ralentiza. Esto se debe a la conservación del momento angular, una regla de la física que establece que si una parte de un sistema se desacelera, otra debe acelerarse para mantener el equilibrio. Así, si el núcleo interno se ralentiza, el resto de la Tierra (especialmente la corteza y el manto) debe girar ligeramente más rápido. Ese pequeño aumento en la velocidad de rotación hace que el planeta complete su giro en un poco menos de 24 horas—acortando el día por unos milisegundos.
Además, otros factores como los vientos atmosféricos, las corrientes oceánicas e incluso los terremotos pueden redistribuir la masa terrestre e influir en su rotación. Estos procesos naturales, aunque sutiles, contribuyen a la longitud dinámica y cambiante de los días en la Tierra.
Registros históricos y tendencias recientes Hasta 2020, el día más corto registrado fue 1,05 milisegundos más breve que las 24 horas. Sin embargo, en los últimos años, la Tierra ha superado regularmente ese umbral. El día más corto hasta ahora fue el 5 de julio de 2024, cuando nuestro planeta completó su rotación 1,66 milisegundos antes de lo habitual. El día más breve de este año hasta la fecha fue el 10 de julio, con 1,37 milisegundos menos. Ahora se espera que el 5 de agosto esté cerca, con una reducción de 1,34 milisegundos.
Otros factores: atmósfera, la Luna y más Más allá del núcleo terrestre, las condiciones atmosféricas y las fuerzas gravitacionales de la Luna también afectan la velocidad de rotación. Según
Scientific American, durante el verano en el hemisferio norte, la Tierra tiende a girar un poco más rápido debido a cambios en la presión atmosférica. Las fuerzas de marea provocadas por la Luna añaden otra capa de complejidad. A lo largo de millones de años, estas fuerzas combinadas han ralentizado gradualmente la rotación terrestre, aunque aceleraciones temporales como esta aún pueden producirse.
¿Esto afecta a la vida diaria? Aunque 1,34 milisegundos no alterarán tus horarios, las implicaciones para sistemas de precisión son muy reales. Los relojes atómicos, que miden el tiempo con una precisión asombrosa hasta los nanosegundos, pueden desajustarse incluso con la más mínima desviación. Sistemas como el GPS, las redes bancarias globales y la infraestructura de internet dependen de estos relojes para mantenerse sincronizados. Científicos y cronometradores deben hacer ajustes para asegurar que todo funcione correctamente.
Predicciones vs. realidad Cabe señalar que no todas las predicciones se cumplen exactamente. Por ejemplo, se preveía que el 22 de julio duraría un milisegundo menos, pero solo se acortó en 0,87 milisegundos. Estos pequeños cambios evidencian la complejidad de medir y predecir la rotación terrestre en tiempo real. Aun así, el 5 de agosto se perfila como otro ejemplo notable de cuán dinámico y rápido puede ser nuestro planeta.