Los colores siempre han estado ligados a nuestras emociones, a la energía que irradiamos y a la forma en que nos sentimos en el día a día. En muchas tradiciones espirituales se cree que cada planeta emite una vibración particular, y que rodearse de sus colores afines —ya sea en la ropa, los objetos o los espacios— puede atraer bienestar, prosperidad y equilibrio.
En el mundo hispano, donde los colores también tienen un fuerte simbolismo cultural (el rojo para la pasión, el blanco para la pureza, el verde para la esperanza), esta relación entre tonalidades y planetas resulta especialmente cercana.
Sol: Fuente de vitalidad y autoridad, se asocia al rojo, el naranja y el dorado. Estos tonos, presentes en muchas fiestas populares, refuerzan la confianza, el liderazgo y la autoexpresión.
Luna: Relacionada con la intuición y la sensibilidad, vibra con el blanco, el crema y el azul claro. Colores calmantes que evocan paz, serenidad y estabilidad emocional, como el reflejo de la luna en el mar.
Marte: Planeta de la energía y la determinación, se conecta con el rojo intenso y el escarlata. Estos colores transmiten fuerza, coraje y capacidad de decisión.
Mercurio: Gobernante del intelecto y la comunicación, se asocia con el verde, símbolo universal de frescura y crecimiento. Vestir de verde ayuda a potenciar la concentración y la claridad mental.
Júpiter: Planeta de la sabiduría y la prosperidad, se vincula con el amarillo y el azafrán, colores de optimismo y expansión espiritual.
Venus: Relacionado con la belleza, el amor y la armonía, se expresa a través del blanco, el rosa y los tonos pastel. Estos colores atraen suavidad, ternura y confort.
Saturno: Vinculado a la disciplina y la justicia, resuena con el negro, el azul marino y el gris oscuro. Tonos que nos recuerdan la importancia de la firmeza y la resiliencia.
Nodo Norte: Este punto de sombra encuentra afinidad en los colores terrosos, grises o ahumados, que ayudan a disipar la confusión y aportar estabilidad.
Nodo Sur: De esencia espiritual y mística, conecta con el marrón y los tonos multicolores, que invitan al desapego, la claridad interior y la búsqueda trascendental.