Los funcionarios de los Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron el jueves un marco escrito para su acuerdo comercial de larga discusión, estableciendo un arancel del 15 % sobre el 70 % de las exportaciones de la UE a los Estados Unidos, dejando sin resolver varios sectores críticos.
El acuerdo, hecho público como un texto de 3½ páginas, fue descrito por ambas partes como un compromiso político en lugar de un tratado legalmente vinculante, informó AP.
El documento, mucho más corto que los acuerdos comerciales típicos que a menudo se encuentran en cientos de páginas, establece disposiciones limitadas pero significativas. Estos incluyen un impuesto de importación del 15% sobre la mayoría de los bienes europeos, un arancel cero sobre automóviles estadounidenses y otras exportaciones industriales a Europa, y exenciones para aeronaves y piezas de aeronaves, productos farmacéuticos genéricos e ingredientes farmacéuticos.
Se esperan exenciones para otros sectores considerados esenciales para ambas economías en etapas posteriores.
El vino y los licores, que habían disfrutado de cero aranceles desde 1997, quedaron fuera de las exenciones y siguen sujetos al nuevo impuesto. El jefe negociador de comercio de la UE, Maros Sefcovic, admitió que el bloque aún no había asegurado alivio en esa área, pero enfatizó que "las puertas no están cerradas para siempre" y que continuarían las conversaciones. También quedaron pendientes las propuestas para exar los contingentes arancelarios para el acero de la UE.
The Associated Press informó que los funcionarios europeos describieron el pacto como solo un "primer paso en un proceso que se puede ampliar aún más".
El arancel del 15 % marca un fuerte aumento con respecto a los niveles comerciales anteriores a Trump, cuando los derechos promediaban en los bajos dígitos individuales. Los costos, recaudados en el lado estadounidense, podrían ser absorbidos por los importadores estadounidenses o transmitidos a los consumidores a través de precios más altos. Algunas empresas de la UE y los gobiernos miembros han expresado su inquietud, advirtiendo que Bruselas concedió demasiado.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió el acuerdo, descritándolo como una salvaguardia contra el amenazado arancel del 27,5% de Trump sobre las exportaciones de automóviles de la UE. Dijo que el acuerdo proporciona un "alivio rápido" y abre un camino para las exenciones en sectores adicionales. "Ante una situación difícil, hemos cumplido para nuestros estados miembros y la industria y hemos restaurado la claridad y la coherencia al comercio transatlántico", dijo. "Este no es el final del proceso".
Sefcovic se hizo eco de su punto de vista, señalando que la alternativa era "una guerra comercial con aranceles muy altos". Añadió: "Construye confianza. Aporta estabilidad".
Más allá de los aranceles, el pacto también incluye compromisos no vinculantes de la UE para comprar energía estadounidense por valor de 750 mil millones de dólares y para que las empresas de la UE inviertan 600 mil millones de dólares en la economía estadounidense, según las proyecciones compiladas por la Comisión Europea. Ambas partes reconocieron que la aplicación dependería de las negociaciones de seguimiento en los próximos meses.
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