El presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, prometió el miércoles medidas "muy amenazantes" contra
Antifa y pidió a los aliados de los medios de comunicación de derecha que ayudaran a identificar a los partidarios del movimiento, que ha instado al gobierno federal a clasificar como una "organización terrorista".
"Ellos han sido muy amenazantes con la gente, pero nosotros vamos a ser muy amenazantes para ellos, mucho más amenazantes para ellos de lo que nunca lo fueron con nosotros, y eso incluye a las personas que los financian", dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca, según lo citado por Reuters.
Trump pidió a los asistentes al evento del miércoles que identificaran a los grupos que creen que son responsables de la violencia, junto con sus patrocinadores financieros. Entre los invitados se encontraban figuras de derecha en las redes sociales Jack Posobiec, Savannah Hernández y Andy Ngo.
Trump, acompañado por miembros del gabinete, incluida la fiscal general Pam Bondi, el director del FBI, Kash Patel, y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, declaró que revisarían los grupos mencionados y recopilarían información adicional según fuera necesario.
Antifa, abreviatura de antifascista, tiene sus raíces en los movimientos de resistencia europea contra el fascismo en la Alemania nazi y la Italia fascista. Es un movimiento descentralizado sin liderazgo formal, listas de miembros o una organización central.
Sus partidarios se oponen al fascismo, el racismo, la xenofobia y el autoritarismo, y muchos también critican el capitalismo y las instituciones estatales como la policía, según el Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos.
Casi un mes después del asesinato del activista de derecha Charlie Kirk, Trump ha amenazado con medidas dirigidas a grupos y donantes de izquierda, a pesar de que no hay conexión establecida con el asesinato.
Trump prometió previamente tomar medidas contra Antifa durante su presidencia 2017-2018 y etiquetó al grupo como una "organización terrorista" en una orden ejecutiva de septiembre.
Desde entonces, las fuerzas del orden de los Estados Unidos no han identificado a ningún miembro de Antifa, fuentes de financiación ni han presentado cargos penales relacionados.
Trump también ha ordenado el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en Chicago y Portland, Oregón, citando amenazas a funcionarios federales, después de despliegues anteriores en Los Ángeles y Washington, DC. También ha anunciado planes para enviar tropas a Memphis.
Las órdenes, actualmente bajo revisión judicial, han sido impugnadas por alcaldes y gobernadores demócratas que argumentan que las afirmaciones de Trump de anarquía generalizada son infundadas.
Además, Trump ha amenazado con invocar una ley contra la insurrección, utilizada por última vez durante los disturbios de Los Ángeles de 1992, para eludir posibles fallos judiciales en su contra.