Hígado graso en personas en forma: ¿Puedes ser delgado y aún tener NAFLD? (Síntomas clave en el interior)

Hay una razón por la que proverbios como "Todo lo que brilla no es oro", "No juzgues un libro por su portada" se han mantenido relevantes a lo largo de los siglos.
Hígado graso en personas en forma: ¿Puedes ser delgado y aún tener NAFLD? (Síntomas clave en el interior)
El hígado graso es una de esas enfermedades. Uno puede ser delgado y tener un físico visiblemente en forma y aún así tener hígado graso, también conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). De hecho, lo que a menudo se pasa por alto es el creciente reconocimiento de la NAFLD magra, una condición en la que las personas aparentemente sanas desarrollan acumulación de grasa en el hígado. ¿Qué es NAFLD y qué pasa con los casos "lean"? La NAFLD, ahora conocida a menudo como enfermedad hepática esteatótica asociada a la disfunción metabólica (MASLD), se define por el exceso de grasa en el tejido hepático sin alcohol como causa.
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Inicialmente, estaba estrechamente relacionado con la obesidad y el síndrome metabólico, condiciones con un IMC alto, resistencia a la insulina y dislipidemia. Sin embargo, más del 10-20% de las personas con NAFLD son delgadas, con un IMC normal (<25 kg/m² para los caucásicos, <23 kg/m² para los asiáticos). Este fenotipo de "delgado por fuera, gordo por dentro" se reconoce cada vez más en los estudios clínicos: la prevalencia de lean-NAFLD se informa del 5 al 26 % en todo el mundo, con tasas aún más altas (~25%) en algunas regiones asiáticas. En las buenas y en las malas: ¿Por qué las personas magras pueden tener NAFLD? Las personas delgadas o atléticas pueden desarrollar y desarrollan NAFLD. He aquí por qué. Resistencia a la grasa visceral y a la insulina: Los individuos delgados aún pueden llevar una alta proporción de grasa visceral, grasa profunda alrededor de los órganos internos, que es más dañina que la grasa subcutánea. Incluso con niveles normales de glucosa y lípidos, pueden exhibir resistencia a la insulina, un factor central de la acumulación de grasa en el hígado. Sarcopenia y repartición de la grasa: Según la investigación, muchos pacientes con NAFLD magros tienen menor masa muscular (sarcopenia) junto con más grasa visceral. Este desequilibrio interrumpe el metabolismo y fomenta la esteatosis hepática. Genética y medio ambiente: Variantes en genes como PNPLA3 y TM6SF2 aumentan el riesgo de NAFLD independientemente del peso. Las dietas altas en fructosa, colesterol, bajos niveles de actividad, exposición a contaminantes y cambios en el microbioma también contribuyen.
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¿Qué síntomas hay que tener en cuenta? Desafortunadamente, muchos casos de NAFLD magra son asintomáticos y se descubren incidentalmente a través de imágenes o enzimas hepáticas elevadas. Cuando aparecen síntomas, a menudo son sutiles. Incluyen fatiga y baja energía, molestias leves o dolor apagado en la parte superior derecha del abdomen (debajo de las costillas) o enzimas hepáticas anormales en los análisis de sangre de rutina: ALT/AST o GGT. Algunas pistas físicas como parches de piel oscura alrededor del cuello o las axilas, o depósitos de colesterol en los párpados (xantelasmas), aunque son raros. Los síntomas de bandera roja que indican formas más progresadas (esteatohepatitis o fibrosis temprana/MASH) incluyen dolor abdominal persistente, empeoramiento de la fatiga y posibles signos de inflamación (aunque estos a menudo son silenciosos). ¿Cómo varía la gravedad de la enfermedad? A pesar de un exterior normal, el NAFLD magro puede ser igo grave. La inflamación hepática y la fibrosis pueden ser comparables a las de las contrapartes obesas. En algunos casos, los individuos delgados muestran niveles más altos de enzimas hepáticas, posiblemente porque los pacientes delgados se diagnostican más tarde.
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A menudo se enfrentan a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular e incluso una mayor mortalidad por todas las causas en comparación con los individuos sanos. ¿Qué deberían hacer los individuos delgados y aparentemente sanos? Esté atento: Si está en forma pero tiene síntomas como fatiga, malestar abdominal leve o paneles hepáticos anormales, pregunte a su médico sobre la NAFLD. Las evaluaciones estándar basadas en el IMC pueden perder casos lean. Herramientas de diagnóstico: Consulte a un proveedor de atención médica profesional. Podrían estar usando marcadores sanguíneos y enzimas hepáticas, ultrasonido o elastografía (FibroScan) para un diagnóstico preciso. Los paneles o calculadoras no invasivos podrían ser útiles para determinar la grasa hepática o el riesgo de fibrosis. Corrección de estilo de vida: Aunque la pérdida de peso puede no aplicarse, las mejoras metabólicas son vitales. Apunte a una dieta de estilo mediterráneo, rica en grasas de origen vegetal y proteínas magras, baja en azúcar y carbohidratos refinados. El ejercicio regular es imprescindible, incluso para personas delgadas, que pueden beneficiarse del cardio y la fuerza ayudará a reducir la grasa visceral. Sé consciente de la composición de tu cuerpo. Desarrollar músculo para combatir la sarcopenia y reducir la adiposidad visceral. Controle los factores metabólicos, mantenga el azúcar en sangre, los lípidos y la presión arterial bajo control. Y finalmente, haga de los chequeos regulares un hábito para rastrear la grasa hepática y hacer un diagnóstico temprano.