Durante décadas, la narrativa social ha repetido que las mujeres son el “sexo débil”. Pero la ciencia, una vez más, levanta la voz para matizar —y en algunos casos, corregir— esa idea. Aunque los hombres suelen tener mayor masa muscular y fuerza bruta, hay aspectos fisiológicos en los que las mujeres superan a los hombres… y no por poco.
Hoy te contamos cinco formas en que las mujeres son, sí, físicamente más fuertes que los hombres. Y te adelantamos algo: la resistencia no siempre está en los músculos.
1. Mayor resistencia física¿Una maratón? ¿Un ultratrail? Estudios recientes muestran que las mujeres aguantan mejor el esfuerzo prolongado. A pesar de tener menor capacidad aeróbica máxima, sus fibras musculares se fatigan más lentamente. Es decir, aunque no sean las más rápidas al inicio, son las que resisten más tiempo cuando la fatiga golpea.
2. Corazón fuerte, cuerpo más eficienteEl cuerpo femenino está diseñado para utilizar mejor la grasa como fuente de energía, especialmente en actividades aeróbicas. Eso permite mantener niveles estables de energía por más tiempo. Además, durante el ejercicio, las mujeres queman menos carbohidratos, lo cual ayuda a preservar reservas y aumentar la resistencia.
3. Sistema inmune más robustoA nivel celular, las mujeres enfrentan mejor infecciones y virus. Tienen una mayor respuesta inmunitaria, lo que explica por qué suelen recuperarse más rápido de enfermedades comunes y, en general, viven más años. Aunque eso también puede hacerlas más propensas a enfermedades autoinmunes, sigue siendo una ventaja evolutiva.
4. Mejor recuperación muscular¿Sabías que tras una sesión intensa de entrenamiento, el cuerpo femenino se recupera más rápido que el masculino? Así lo afirman varios estudios sobre dolor muscular de aparición tardía (DOMS). Menos inflamación, mejor regulación hormonal y menos daño celular hacen que la recuperación sea más eficiente en las mujeres.
5. Longevidad y envejecimiento más lentoDesde tiempos remotos, los datos son claros: las mujeres viven más que los hombres. A nivel biológico, su envejecimiento celular ocurre de forma más lenta. Esto está relacionado con su genética, hormonas como el estrógeno y —probablemente— con su mayor capacidad para adaptarse a condiciones adversas.
Redefiniendo la fortalezaEn un mundo que aún mide la fuerza en función de músculos y testosterona, este tipo de evidencia nos invita a redefinir lo que significa ser fuerte. La fuerza no es solo levantar pesas o correr rápido. Es resistir, sanar, adaptarse, y seguir adelante. Y en eso, las mujeres no solo están a la par… en muchos casos, llevan la delantera.
Así que la próxima vez que escuches el término “sexo débil”, recuerda: puede que los músculos no digan toda la verdad.