HONG KONG: La falta de coordinación entre los marcos climáticos y de aviación de la ONU está debilitando los esfuerzos globales de descarbonización, dejando a las aerolíneas como las únicas responsables de cumplir con obligaciones que los propios Estados ayudaron a crear, afirmó Marie Owens Thomsen, vicepresidenta sénior de sostenibilidad y economista jefe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Durante una conferencia de prensa, Thomsen señaló que existe un “grave fallo de diseño” en la forma en que operan la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), a pesar de estar integradas por los mismos Estados miembros.
“Los Estados miembros de la ONU, que también son parte de la OACI, votaron y acordaron el sistema CORSIA e impusieron su aplicación a las aerolíneas —y las aerolíneas lo aceptaron”, explicó.
“Esos mismos Estados luego participan en los procesos de la CMNUCC y de las COP, y allí parecen olvidar que la OACI existe, que tiene autoridad de gobernanza y la facultad de establecer normas para la aviación civil mundial.”
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Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA), desarrollado por la OACI, exige que las aerolíneas compensen las emisiones que superen el 85 % de los niveles de 2019 mediante la compra de créditos de carbono aprobados. Tras una fase voluntaria, CORSIA será obligatorio a partir de 2027 para la mayoría de los países. A partir de entonces, las aerolíneas estarán legalmente obligadas a monitorear, informar y compensar sus emisiones.
Thomsen señaló que la desconexión entre el esquema CORSIA de la OACI —que obliga a las aerolíneas a compensar el crecimiento de sus emisiones— y los procesos del Acuerdo de París bajo la CMNUCC ha generado confusión e ineficiencia. “En las COP se olvidan de todo eso y se enfocan únicamente en las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC)”, dijo.
Según ella, el resultado es un sistema desequilibrado en el que las aerolíneas están obligadas a comprar créditos de carbono elegibles, mientras que los Estados no tienen la obligación correspondiente de proveerlos. “Tenemos que ir más allá de las NDC y reconocer que los Estados tienen la opción de suministrarlos a las aerolíneas, mientras que las aerolíneas tienen la obligación de comprarlos. Eso es algo propio del país de las maravillas”, criticó.
Thomsen añadió que la situación refleja no solo vacíos normativos, sino también una falta de comunicación entre ambos sistemas de la ONU. “Estoy dispuesta a admitir que es un fallo del mercado debido a la falta de comunicación”, afirmó. “Las personas de la CMNUCC no se han comunicado con la OACI y simplemente han pasado por alto el hecho de que los Estados deberían tener la obligación de emitirlos.”
Pidió una mejor alineación entre los marcos de la OACI y la CMNUCC, e instó a los gobiernos a garantizar coherencia política y responsabilidad compartida en la descarbonización de la aviación. “Las personas de la COP deben alinearse con las de la OACI para que podamos tener un futuro racional en conjunto”, concluyó.