Lo que debía ser una cumbre centrada en la cooperación entre América Latina,
el Caribe y la Unión Europea (UE) se vio ensombrecido por la polémica tras una reciente operación militar de
Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico oriental.
El encuentro, celebrado en Santa Marta, Colombia, reunió a jefes de Estado y representantes de más de 40 países, con el propósito de impulsar la cooperación en áreas como energía limpia, tecnología y comercio sostenible.
Sin embargo, las discusiones diplomáticas se vieron atravesadas por el clima de tensión generado por los ataques estadounidenses a embarcaciones sospechosas de narcotráfico, que habrían dejado
más de 60 muertos desde septiembre, según reportes internacionales.
Condena del presidente PetroEl presidente colombiano Gustavo Petro, anfitrión de la cumbre, denunció las acciones de Washington calificándolas como
“ejecuciones extrajudiciales en aguas internacionales”. Petro afirmó que entre las víctimas había al menos un ciudadano colombiano y pidió una investigación internacional para esclarecer los hechos.
“Colombia no puede aceptar que se utilice la lucha contra el narcotráfico como excusa para bombardear barcos y asesinar civiles”, declaró el mandatario durante la sesión inaugural del foro.
Las declaraciones del presidente colombiano generaron aplausos entre varias delegaciones latinoamericanas, pero un visible silencio entre los representantes europeos, que optaron por mantener una postura prudente.
Europa busca mantener el foco en la cooperaciónA pesar de la tensión, los líderes de la Unión Europea insistieron en concentrarse en los temas principales de la cumbre:
- la transición energética y ecológica,
- la transformación digital,
- y el fortalecimiento de la cooperación académica y tecnológica.
La ausencia de
la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del canciller alemán Olaf Scholz, sin embargo, fue interpretada por analistas como un reflejo del menor peso político de este encuentro en la agenda europea.
El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, reiteró el compromiso europeo con América Latina, pero evitó comentar directamente sobre las operaciones militares estadounidenses, limitándose a expresar su preocupación por la
“pérdida de vidas humanas” y el impacto en la estabilidad regional.
Un foro empañado por la geopolíticaLa cumbre CELAC-UE había sido concebida como un espacio para profundizar la cooperación birregional, en especial después de años de distanciamiento. Sin embargo, los recientes acontecimientos reintrodujeron las tensiones geopolíticas en la agenda, recordando el papel dominante que aún juega Estados Unidos en la región.
Expertos en relaciones internacionales señalan que el incidente podría tensar las relaciones entre Colombia y Washington, justo cuando el gobierno de Petro busca redefinir su política antidrogas hacia un enfoque más social y menos militarizado.
Un llamado a la soberanía y la pazAl cierre de la primera jornada, Petro hizo un llamado a los países latinoamericanos y europeos a
“trabajar por una arquitectura internacional más justa y pacífica”, subrayando que la lucha contra el narcotráfico no puede justificarse con el uso indiscriminado de la fuerza.
Mientras tanto, los participantes acordaron continuar los debates sobre comercio, transición verde y educación durante la segunda jornada, en un intento de devolver la agenda a su curso original.
En síntesis,
la cumbre de Santa Marta ha puesto de manifiesto no solo los esfuerzos por estrechar lazos entre Europa y América Latina, sino también las profundas tensiones diplomáticas y éticas que persisten en torno a la seguridad regional y la soberanía de los países latinoamericanos.
