Cuando la pequeña S.G.V., de 4 años, apareció en una reciente conferencia de prensa en Los Ángeles, parecía como cualquier otra niña en edad preescolar: coloreaba en silencio y jugaba a las cartas. Pero la mochila que llevaba a la espalda contaba otra historia. Dentro de ella se encontraba el equipo que le suministra nutrición vital directamente al torrente sanguíneo, un tratamiento conocido como
Nutrición Parenteral Total (NPT).
S.G.V. vive con
síndrome de intestino corto (SIC), una afección rara pero grave que le impide absorber nutrientes de los alimentos. Sin la nutrición intravenosa nocturna que recibe en Estados Unidos, los médicos afirman que no podría sobrevivir más de unos pocos días.
Su caso ha llamado recientemente la atención nacional debido a un cambio en el estatus migratorio de su familia, que amenaza con interrumpir el tratamiento que le mantiene con vida. Pero más allá de la batalla legal, hay una cuestión médica mucho más urgente:
¿qué es exactamente el síndrome de intestino corto y por qué es tan peligroso? ¿Qué es el síndrome de intestino corto?
Según la Clínica Mayo, el síndrome de intestino corto es una condición en la cual el cuerpo no puede absorber suficientes nutrientes de los alimentos porque una parte del intestino delgado está ausente o dañada.
El intestino delgado es donde se absorbe la mayoría de los nutrientes durante la digestión. Cuando se extirpa una gran porción o no funciona adecuadamente, el cuerpo no puede obtener suficientes proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas ni minerales para sobrevivir.
El SIC puede ocurrir de dos formas:
- Una persona nace con una parte del intestino ausente o dañada.
- Una persona debe someterse a la extirpación quirúrgica de grandes secciones del intestino delgado debido a enfermedades como la enfermedad de Crohn, cáncer, traumatismos o coágulos en las arterias intestinales.
¿Cómo afecta al cuerpo?
La Clínica Cleveland explica que, aunque el cuerpo tiene cierta capacidad de adaptación a los cambios en el intestino delgado, la pérdida excesiva—especialmente del yeyuno o el íleon—dificulta gravemente la absorción de nutrientes.
En muchos casos, el íleon (la porción final del intestino delgado) puede asumir algunas de las funciones de los segmentos ausentes. Pero cuando se ha perdido demasiado, esa adaptación no es suficiente. En bebés como S.G.V., esto puede llevar a desnutrición grave, deshidratación y retraso en el crecimiento.
Síntomas en los niños
Los signos del síndrome de intestino corto en niños incluyen:
- Diarrea crónica o heces acuosas
- Hinchazón abdominal y exceso de gases
- Fatiga
- Heces con mal olor
- Bajo aumento de peso o falta de crecimiento
Estos síntomas se deben a la incapacidad del cuerpo para digerir y absorber los nutrientes, líquidos y electrolitos esenciales.
¿Cómo se trata el síndrome de intestino corto?
Cambios en la dieta
Los niños con formas más leves de SIC pueden beneficiarse de comidas frecuentes y pequeñas, alimentos con alto contenido calórico y suplementos de vitaminas y minerales. Deben evitar ciertos alimentos difíciles de digerir, como los ricos en grasa, azúcar o fibra. Sin embargo, en casos graves—como el de S.G.V.—la dieta por sí sola no es suficiente.
Nutrición Parenteral Total (NPT)
La NPT es un método que suministra nutrientes directamente al torrente sanguíneo mediante un catéter intravenoso especial, evitando por completo el sistema digestivo. El líquido contiene carbohidratos, proteínas, grasas, electrolitos y vitaminas.
Este es el tratamiento principal para niños con SIC severo. Generalmente se administra por la noche durante 12 a 16 horas para que el niño pueda estar activo durante el día.
Como en el caso de S.G.V., algunos niños utilizan mochilas portátiles de NPT, lo que les permite asistir a la escuela o salir mientras reciben nutrición. “Si se interrumpe su tratamiento, morirá en cuestión de días”, dijo Gina Amato, la abogada de la familia, a NBC News.
No obstante, el uso prolongado de NPT puede provocar varias complicaciones graves, como infecciones bacterianas, problemas con el catéter intravenoso y coágulos sanguíneos. Con el tiempo, la NPT también puede reducir la capacidad del cuerpo para absorber calcio en los huesos, aumentando el riesgo de debilitamiento óseo. Además, puede contribuir a enfermedades de la vesícula biliar, daño renal y hepático. En los casos más graves, estas complicaciones pueden evolucionar hacia una insuficiencia renal o hepática.
Alimentación enteral (alimentación por sonda)
Algunos niños también requieren una sonda insertada en el estómago o el intestino para recibir nutrición líquida. Esto puede utilizarse junto con la NPT para estimular el funcionamiento del intestino tanto como sea posible.
Complicaciones del síndrome de intestino corto
Dado que el cuerpo no puede absorber los nutrientes de forma habitual, el SIC conlleva riesgos importantes para la salud:
- Desnutrición y deficiencia de vitaminas
- Desequilibrio electrolítico (sodio, potasio, magnesio)
- Deshidratación
- Cálculos biliares
- Cálculos renales
- Enfermedad hepática por uso prolongado de NPT
- Infecciones relacionadas con las líneas intravenosas centrales
En los bebés, complicaciones como la colestasis (acumulación de bilis en el hígado) y la enfermedad hepática asociada a la insuficiencia intestinal son especialmente peligrosas.