Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han dejado de recomendar la vacunación rutinaria contra la COVID-19 para niños sanos y mujeres embarazadas, según anunciaron este martes las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
El Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., publicó la noticia en la red social X, informando que ambas vacunas fueron eliminadas del calendario de inmunización recomendado por los CDC. Según él, esta decisión es una muestra de sentido común, ciencia responsable y un paso más hacia el cumplimiento de la promesa de Trump de "Hacer a América Saludable de Nuevo". Kennedy Jr. también compartió un video con una declaración oficial sobre el tema, acompañado por el director de los Institutos Nacionales de Salud, Jay Bhattacharya, y el comisionado de la FDA, Marty Makary.
“No podría estar más satisfecho al anunciar que, a partir de hoy, la vacuna contra la COVID para niños sanos y mujeres embarazadas sanas ha sido eliminada del calendario de inmunización recomendado por los CDC”, dijo Kennedy en el video.
Ver también: COVID-19 resurge: ¿son más transmisibles las variantes XFG, NB.1.8.1 y LF.7? — síntomas tempranos y gravedad Kennedy, cuyo departamento supervisa a los CDC, ha estado trabajando activamente para reformar el sistema de salud estadounidense y alinearlo con la meta del expresidente Donald Trump de reducir drásticamente el tamaño del gobierno federal.
Hasta ahora, los CDC recomendaban la vacuna contra la COVID-19 para todas las personas a partir de los seis meses de edad. En su sitio web, el organismo señalaba que estudios realizados con cientos de miles de personas en todo el mundo demostraban que vacunarse antes o durante el embarazo era seguro tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, en el video, Makary afirmó: “No hay evidencia de que los niños sanos la necesiten actualmente, y la mayoría de los países ya han dejado de recomendarla para los menores.”
Estos cambios se anuncian apenas una semana después de que la FDA informara que exigirá nuevos ensayos clínicos para aprobar dosis anuales de refuerzo contra la COVID-19 en personas sanas menores de 65 años, limitando así su uso a adultos mayores y personas con riesgo de enfermedad grave.
Los funcionarios también criticaron a la administración Biden por recomendar dosis de refuerzo para niños sanos “sin contar con datos clínicos que respalden esa estrategia”.