La Línea del Corazón recorre horizontalmente la parte superior de la palma. Está asociada con las emociones, el amor, las relaciones y la compasión. Una línea larga y profunda suele reflejar a una persona expresiva y romántica, mientras que una corta o tenue puede indicar un carácter más reservado o práctico en lo afectivo. Las rupturas o bifurcaciones en esta línea se interpretan como acontecimientos importantes o cambios en la vida sentimental. En esencia, muestra cómo una persona da y recibe amor.
La Línea de la Cabeza se sitúa debajo de la del Corazón y cruza horizontalmente el centro de la palma. Se cree que refleja el intelecto, el estilo de comunicación y la forma en que una persona afronta la vida. Una línea larga y recta puede señalar a alguien lógico y detallista, mientras que una curva sugiere un pensamiento creativo o intuitivo. La claridad y la profundidad de esta línea revelan la fuerza de la concentración y la energía mental de la persona.
La Línea de la Vida rodea la base del pulgar y es quizás la más conocida. Contrario a lo que muchos creen, no predice la duración de la vida, sino que representa la vitalidad, los grandes acontecimientos y la calidad general de la existencia. Una línea larga, profunda y bien definida suele indicar una vida fuerte y con propósito. En cambio, las interrupciones o cadenas simbolizan periodos de cambios, tensiones o transiciones inesperadas. Esta línea actúa como un mapa del viaje personal y de la capacidad de afrontar los retos de la vida.