Una de las aplicaciones más populares y reveladoras de la astrología es entender cómo interactúan dos personas entre sí. Este es el ámbito de la
sinastría, el arte de comparar dos o más cartas natales para comprender la dinámica, el potencial y los desafíos de una relación. Aunque muchos creen que la “compatibilidad” depende únicamente de los signos solares, la sinastría revela un panorama mucho más complejo y matizado, ofreciendo un mapa detallado de las conexiones emocionales, físicas e intelectuales entre las personas.
El proceso de sinastría consiste en superponer la carta natal de una persona sobre la de otra. De este modo, el astrólogo observa cómo interactúan los planetas de un mapa con los planetas y las casas del otro. Por ejemplo, si tu Sol forma un aspecto armónico, como un trígono, con la Luna de tu pareja, indica una natural facilidad y armonía entre tu personalidad y su mundo emocional. En cambio, un aspecto desafiante, como una cuadratura entre tu Marte y su Venus, puede señalar pasión y atracción, pero también posibles conflictos y fricciones.
Más allá de los aspectos, una de las claves más reveladoras en la sinastría son las superposiciones de casas. Esto ocurre cuando un planeta de una carta cae en una casa determinada de la otra. Por ejemplo, si la Luna de tu pareja se ubica en tu Casa VII de la Pareja, sugiere que sus necesidades emocionales y su mundo interior serán un foco constante y significativo en la relación. Este detalle ofrece una visión más profunda sobre cómo influirán en la vida del otro.
La sinastría es una herramienta de comprensión, no un veredicto absoluto de “compatible” o “incompatible”. Reconoce que toda relación tiene fortalezas y debilidades. Puede señalar áreas donde existe una conexión natural y fluida, así como aquellas que requieren esfuerzo consciente y comunicación. Se trata de un recurso poderoso no solo en relaciones románticas, sino también en amistades, dinámicas familiares y asociaciones profesionales, ofreciéndonos una mirada más clara a las energías y potenciales invisibles que nos unen.
