Me hackearon la cuenta de Telegram… y esto fue lo que hice (para que vos también puedas hacerlo)
No sé si alguna vez te pasó, pero te lo cuento tal como me sucedió.
Una tarde, como cualquier otra, agarré el celular para responder unos mensajes en Telegram. Todo normal… hasta que noté algo raro: un grupo nuevo en el que yo nunca entré, un mensaje enviado desde mi cuenta que yo juraría que no escribí, y de pronto… me sacó. Así, sin más. Cerrado el acceso. Intenté volver a entrar, pero no me dejaba.
Y ahí me cayó la ficha: me habían hackeado la cuenta.Primero me agarró la desesperación, pero después respiré hondo y me puse manos a la obra. Por suerte, hay formas de recuperar el control y, sobre todo, de proteger tu cuenta para que no te vuelva a pasar. Te lo cuento paso a paso, como me hubiese gustado que me lo contaran a mí.
Primeras señales de que te hackearon
Si aún no estás seguro de que te pasó lo mismo, prestá atención a estas señales:
- Ves mensajes que no escribiste.
- Tus amigos te preguntan por mensajes extraños que “vos” les mandaste.
- Aparecen grupos nuevos y sospechosos en tu historial.
- Tu foto, tu nombre o tu información de perfil cambió.
- Telegram te avisa que hubo un nuevo inicio de sesión desde otro dispositivo que no reconocés.
- Directamente te sacó de tu cuenta.
- Si te suena alguna de esas cosas, no lo dudes: alguien se metió sin permiso. Pero tranqui, que hay solución.
Paso a paso: cómo recuperar tu cuenta de Telegram
1. Revisá los dispositivos conectados (si todavía podés entrar)
Si todavía tenés acceso a la cuenta, andá a Ajustes > Dispositivos. Ahí vas a ver una lista de todos los lugares desde donde se abrió tu cuenta.
¿Ves algo raro? Un dispositivo que no es tuyo, o una ciudad que no tiene sentido. Tocá en “Cerrar todas las demás sesiones”. Eso va a expulsar al intruso. Así empecé yo.
2. Activá la verificación en dos pasos
Esto fue lo segundo que hice, y debería ser lo primero de todos. Vas a Ajustes > Privacidad y seguridad > Verificación en dos pasos. Ahí creás una contraseña extra, distinta al código que Telegram te manda por SMS. Es como una segunda cerradura en la puerta.
Y si podés, agregá un correo de recuperación por si te olvidás la clave.
3. Cambiá la contraseña del correo y escaneá tu celular
No me alcanzó con sacar al intruso. Me di cuenta de que quizás se metió por otro lado: mi correo o una app rara. Así que:
- Cambié la contraseña del email vinculado.
- Pasé un antivirus por el celular y la computadora.
- Borré cualquier app que no reconocía.
- Más vale prevenir que lamentar.
4. Ajustá tu privacidad
En Ajustes > Privacidad y seguridad, podés elegir quién ve tu número, tu foto, tu estado y más. Yo lo cambié todo a “Mis contactos” o directamente a “Nadie”.
También bloqueé que me puedan añadir a grupos sin mi permiso. Porque uno nunca sabe.
5. Avisale a tus contactos
Este paso fue clave. Le avisé a todos mis contactos que si recibían un mensaje raro mío, no lo abrieran ni respondieran. Porque el hacker quizás intentaba engañarlos también.
6. Si ya no podés entrar a la cuenta…
En mi caso, llegué justo a tiempo. Pero si a vos ya te sacaron del todo, no te preocupes. Podés ir a telegram.org/support, explicar la situación, y pedir ayuda directamente. Escribí claro, contá qué pasó, y tené paciencia. Suelen responder.
¿Y cómo evitar que pase de nuevo?
Después del susto, me puse serio con la seguridad. Esto es lo que aprendí y ahora aplico:
- Nunca compartas tu código de verificación, ni aunque alguien diga ser “soporte técnico”.
- Activá siempre la verificación en dos pasos.
- Usá contraseñas seguras (largas, con números, letras y símbolos).
- No hagas clic en enlaces sospechosos, ni siquiera si vienen de un amigo (el amigo puede haber sido hackeado también).
- Revisá cada tanto los dispositivos conectados a tu cuenta.
Recuperá tu cuenta tras un hackeo: no todo está perdido, hay solución
Que te hackeen da bronca. Y miedo. Pero no es el fin del mundo. Con los pasos adecuados podés recuperar el control, limpiar todo, y cerrar las puertas a futuros ataques.
Yo lo viví, me asusté, me enojé… pero también aprendí. Y por eso quise contártelo así, sin tecnicismos, para que sepas qué hacer si alguna vez te pasa lo mismo.
El fin del Artículo