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Tras el suicidio de su hija, madre de Virginia insta a los padres a mantener los teléfonos fuera de los dormitorios infantiles

Una madre de Virginia lanza una advertencia contundente a los padres tras la muerte por suicidio de su hija de 10 años, agravada por el ciberacoso. La madre, desconsolada, cree que el uso nocturno del teléfono inteligente en la cama de su hija desempeñó un papel clave. Los expertos destacan los peligros de las pantallas, que alteran el sueño y aumentan los problemas de salud mental, especialmente en niños vulnerables.
Tras el suicidio de su hija, madre de Virginia insta a los padres a mantener los teléfonos fuera de los dormitorios infantiles
(Crédito de la imagen: TIL Creatives)
Convirtiendo su tragedia personal en una advertencia a nivel nacional, una madre de Virginia urge a los padres a replantearse el papel de los teléfonos inteligentes en la vida de sus hijos, especialmente durante la noche. Summer Bushman, de Salem, Virginia, perdió a su hija Autumn, de 10 años, por suicidio a principios de este año, tras meses de acoso tanto en persona como en línea. En una entrevista con CBS News, reveló que Autumn solía usar su teléfono en la cama por la noche, un hábito que ahora cree que jugó un papel devastador en su muerte. “Estaba mirando su teléfono justo antes de que sucediera”, dijo Summer. “Ojalá nunca le hubiera permitido tenerlo en su habitación.” Una niña vibrante silenciada por las pantallas y el acoso Autumn era, según todos los testimonios, una niña alegre y brillante, animadora de cuarto grado que llenaba su hogar de música y baile. “Convertía mi sala en un escenario”, recordó su madre. Pero detrás de su exterior burbujeante, Autumn enfrentaba un acoso constante por sus brackets y su apariencia. Como muchos niños hoy en día, buscaba conexión a través de su teléfono, el mismo dispositivo que se convirtió en un portal de ciberacoso. Mensajes nocturnos y comentarios en redes sociales aumentaban el dolor. Lo que antes podría haber terminado en la escuela, ahora la seguía a casa, brillando silenciosamente desde su almohada. Los psicólogos llaman a esto el “patio de recreo 24 horas”, la extensión digital de la presión y crueldad entre pares que deja a los niños con poco espacio para recuperarse. Una noche trágica y un despertar doloroso El 21 de marzo, Autumn se quitó la vida en su dormitorio. Cuando su madre la encontró, la pantalla del teléfono todavía estaba encendida. “Ella solía decir que necesitaba su alarma”, dijo Summer con voz suave. “Y cada mañana, cuando iba a despertarla, la alarma sonaba.” La tragedia refleja un patrón preocupante visto en todo el mundo. Solo en Estados Unidos, las tasas de suicidio juvenil han aumentado más del 50% en la última década, con evidencia creciente que vincula el uso de redes sociales, especialmente por la noche, con la depresión y la autolesión. Un estudio de Lancet Psychiatry de 2019 encontró que los adolescentes que pasaban más de tres horas al día en redes sociales tenían el doble de probabilidades de reportar problemas de salud mental. La ciencia detrás del sueño y las pantallas El uso del teléfono por la noche no solo expone a los niños a daños en línea; afecta directamente su salud mental y física. Las pantallas emiten luz azul, que suprime la hormona melatonina, alterando los ciclos naturales de sueño. La privación de sueño, a su vez, intensifica la ansiedad, la impulsividad y la depresión, factores vinculados al riesgo de suicidio. Un estudio reciente de Virginia Tech reforzó esta conexión. Los investigadores encontraron que casi el 75% de los adolescentes que intentaron suicidarse estaban usando pantallas poco antes, y que la mayoría de los incidentes ocurrían después de las 8 p.m. “Es bastante peligroso para los niños acosados tener sus teléfonos por la noche”, señaló el investigador principal, Dr. Abhishek Reddy. “Durante el día tienen acceso a apoyo, consejeros, maestros y padres. Por la noche, ese acceso desaparece.” El llamado de una madre a los límites digitales Para Summer, la pérdida de su hija se ha convertido en una misión. Ahora aboga por que los padres retiren los teléfonos de los dormitorios, limiten su uso nocturno y fomenten rutinas de sueño más saludables. “Si pudiera regresar el tiempo, le quitaría ese teléfono”, dijo. “Ella merecía vivir una vida larga y feliz. Ahora, nunca la veré ir al baile de graduación, casarse ni perseguir sus sueños.” Su mensaje resuena con los llamados crecientes entre educadores y psicólogos infantiles para retrasar el acceso a teléfonos inteligentes en niños pequeños. Algunas escuelas en Estados Unidos y Europa están implementando “horas sin teléfono” o recogiendo los dispositivos durante las clases para reducir la dependencia.