La última advertencia sanitaria sobre el cáncer de hígado llega con una noticia preocupante y un rayo de esperanza.
Según datos publicados por la
Lancet Commission on Liver Cancer, se espera que el número de nuevos casos de cáncer de hígado aumente de 870 000 en 2022 a 1,52 millones en 2050, siendo la obesidad el principal factor detrás de este incremento. Al mismo tiempo, las muertes por este tipo de cáncer pasarán de 760 000 a 1,37 millones, convirtiéndose en una de las causas de muerte por cáncer que más crecen a nivel mundial.
Este es el preocupante contexto del aumento del cáncer de hígado vinculado a la obesidad, especialmente la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), antes conocida como NAFLD.
Sin embargo, el mismo estudio reveló que al menos el 60 % de los cánceres de hígado se podrían prevenir: cambios en el estilo de vida, vacunación, detección temprana y políticas públicas podrían evitar hasta 17 millones de casos y salvar 15 millones de vidas de aquí a mediados de siglo.
El papel de la obesidad en el cáncer de hígado: qué dice el estudio
El informe reciente de la Comisión de
The Lancet señala que la MASLD, o hígado graso asociado a disfunción metabólica, es una causa de cáncer de hígado en rápido crecimiento. Se proyecta que los casos vinculados específicamente a su forma inflamatoria (MASH) aumenten del 8 % en 2022 al 11 % en 2050.
Análisis previos muestran que un mayor índice de masa corporal (IMC) eleva significativamente el riesgo de cáncer de hígado, con ratios de riesgo de hasta 3,1 en personas con obesidad frente a personas con peso saludable. De hecho, años de datos revelan que aproximadamente el 28 % de los casos en hombres y mujeres se atribuyen al exceso de peso.
Los DALYs (años de vida ajustados por discapacidad) relacionados con el alto IMC crecieron de 292 700 en 1990 a más de 1,2 millones en 2021, un aumento de casi el 323 %. Esta tendencia, según la investigación, es especialmente marcada en países con niveles de desarrollo social medio y bajo-medio, donde los factores de riesgo metabólico avanzan más rápido que las respuestas de salud pública.
El aumento previsto: qué advierten las cifras
La Comisión de
The Lancet proyecta que para 2050 habrá cerca de 1,52 millones de casos de cáncer de hígado, con muertes que crecerán de unos 760 000 en 2022 a 1,37 millones.
Otro importante estudio de modelización publicado en
Nature el año pasado estimaba alrededor de 1,39 millones de casos para 2040, un aumento del 54 % respecto a los niveles de 2020.
Este crecimiento está impulsado por factores de riesgo evitables: obesidad, consumo de alcohol y hepatitis viral. Aunque se espera un leve descenso en los casos vinculados a hepatitis, los cánceres de hígado relacionados con la obesidad siguen creciendo en Estados Unidos, Europa y Asia.
¿Qué es el cáncer de hígado?
El cáncer de hígado es una enfermedad en la que se forman células malignas en el hígado. Puede ser:
Cáncer de hígado primario (comienza en el hígado):
- Carcinoma hepatocelular (HCC): el más común, nace en los hepatocitos.
- Colangiocarcinoma intrahepático: se desarrolla en los conductos biliares dentro del hígado.
- Angiosarcoma/Hemangiosarcoma: cánceres raros y agresivos de los vasos sanguíneos del hígado.
- Hepatoblastoma: tipo raro que afecta principalmente a niños.
Cáncer de hígado secundario: metástasis procedentes de otros órganos, como colon, pulmón o mama.
Factores de riesgo
Los principales factores que elevan el riesgo incluyen hepatitis B y C crónicas, consumo excesivo de alcohol, obesidad, exposición a toxinas (como las aflatoxinas), cirrosis, enfermedades hepáticas hereditarias y diabetes.
La obesidad y la NAFLD (enfermedad por hígado graso no alcohólico) también están relacionadas con mayor riesgo, incluso sin consumo excesivo de alcohol.
¿Por qué es tan mortal?
El cáncer de hígado suele diagnosticarse tarde, cuando ya se ha extendido, y el hígado cumple funciones vitales complejas, dificultando el tratamiento. Es altamente agresivo, sobre todo cuando la MASLD avanza a MASH y cirrosis o carcinoma. Las opciones terapéuticas son limitadas, y la supervivencia a cinco años suele ser inferior al 30 %.
Según investigaciones, tres de cada cinco casos están ligados a factores prevenibles. Estrategias globales de prevención podrían reducir la incidencia anual entre un 2 % y un 5 %, evitando millones de casos y muertes.
Opinión de los expertos
El profesor Jian Zhou, de la Universidad de Fudan y presidente del estudio, señaló:
Por su parte, el profesor Stephen Chan, de la Universidad China de Hong Kong, recalcó:
Prevención: hábitos que marcan la diferencia
Pese a las proyecciones preocupantes, uno de los hallazgos clave del informe es que el 60 % de los casos podrían prevenirse. Algunas recomendaciones:
- Mantener un peso saludable y una vida activa: dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables; 30 minutos diarios de actividad física reducen inflamación y mejoran la salud hepática.
- Detección precoz: chequeos periódicos para personas con obesidad, diabetes, hipertensión o enzimas hepáticas elevadas. Detectar MASLD o MASH a tiempo facilita el tratamiento antes de que avance a cáncer.
- Vacunación contra la hepatitis B y control del HCV: la vacunación universal, sobre todo en recién nacidos, ha reducido drásticamente los casos por hepatitis B. Para hepatitis C, aunque no hay vacuna, los tratamientos antivirales reducen significativamente el riesgo.
- Reducir consumo de alcohol y bebidas azucaradas: el alcohol es un carcinógeno responsable de aproximadamente el 19 % de las muertes por cáncer de hígado; azúcares y alimentos ultraprocesados favorecen la obesidad y el hígado graso.
- Intervenciones para la obesidad: cambios dietéticos y, en casos graves, cirugía bariátrica, que ha demostrado revertir hasta el 92 % de la esteatosis y reducir el riesgo de cáncer hepático.
Así, pequeñas decisiones cotidianas pueden marcar una gran diferencia para frenar el aumento de esta enfermedad tan mortal.