El gobierno del presidente
Gustavo Petro anunció la firma de un acuerdo por 4.3 mil millones de dólares para la compra de 17 aviones de combate Gripen de fabricación sueca, en un momento marcado por crecientes tensiones geopolíticas con Estados Unidos y un clima regional cada vez más complejo.
Una modernización histórica para la Fuerza AéreaSegún el anuncio oficial, Colombia adquirirá aeronaves Gripen E y F, consideradas entre los cazas más avanzados de la región. El acuerdo incluye armamento, entrenamiento y asistencia técnica, consolidando la mayor renovación militar aérea del país en décadas. Petro afirmó que los aviones representan una herramienta
“disuasoria” destinada a proteger al país ante posibles amenazas externas.
El mandatario enfatizó que la compra responde a la necesidad de garantizar la defensa nacional en un entorno global
“cada vez más riesgoso e incierto”. Tensión con Estados Unidos como telón de fondoEl anuncio ocurre mientras las relaciones entre Colombia y Estados Unidos atraviesan un momento delicado. Petro ha cuestionado duramente recientes operaciones estadounidenses en el Caribe contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico, calificándolas como acciones que podrían violar el derecho internacional.
En este contexto, la compra de los cazas suecos es interpretada por analistas como un mensaje estratégico: Colombia busca reforzar su autonomía militar y diversificar sus alianzas de defensa.
Cooperación con SueciaEl acuerdo fue firmado junto a altos representantes del gobierno sueco y de la empresa Saab. Suecia calificó la operación como un fortalecimiento significativo de la relación bilateral y un paso importante para expandir su presencia tecnológica y militar en América Latina.
Críticas y desafíos internosSi bien el gobierno presenta la compra como una inversión estratégica, el anuncio ha provocado debate nacional:
- Críticas por el costo: sectores sociales y políticos cuestionan destinar 4.3 mil millones de dólares en medio de desafíos internos como la pobreza, la infraestructura y la seguridad ciudadana.
- Desafíos logísticos: la Fuerza Aérea deberá prepararse para operar, mantener y adaptar su estructura al uso de aeronaves de quinta generación.
- Riesgo diplomático: algunos analistas señalan que el acuerdo podría generar tensiones adicionales con Estados Unidos, dada la naturaleza del momento político.
La adquisición de los 17 cazas Gripen representa una de las inversiones militares más importantes en la historia reciente de Colombia. Más allá del fortalecimiento de sus capacidades aéreas, el acuerdo evidencia una estrategia de reposicionamiento geopolítico y de búsqueda de mayor autonomía militar, justo cuando la relación con Estados Unidos enfrenta tensiones inéditas. En una región cada vez más volátil, el movimiento de Petro podría redefinir el papel de Colombia en el tablero de seguridad latinoamericano.
