Estados Unidos podría experimentar otro recorte de tasas este año, incluso mientras la economía enfrenta incertidumbre debido al cierre parcial del gobierno.
La penúltima reunión de tasas de la Reserva Federal en 2025 se realiza en medio de un enfrentamiento entre republicanos y demócratas por los subsidios de salud, que ha detenido la publicación de casi todos los datos económicos oficiales. Sin esta información, los funcionarios deben decidir sobre las tasas de interés sin la visión completa que normalmente utilizan.
Los analistas esperan que la Fed reduzca su tasa clave en un cuarto de punto porcentual, dejándola entre 3,75 % y 4,00 %, pero manteniéndose cautelosa sobre cualquier señal de decisión final en diciembre.
El cierre del gobierno ha intensificado el debate dentro de la Fed. Los responsables de la política monetaria sopesan si reducir las tasas rápidamente para apoyar a un mercado laboral debilitado o mantenerlas estables ante una inflación que sigue por encima del objetivo a largo plazo del 2 %, parcialmente impulsada por los aranceles de Donald Trump a importantes socios comerciales.
“Deben decidir cuánto de la inflación aún está por venir y cuánto nunca llegará; esa es la gran cuestión ahora”, señaló Joseph Gagnon, exfuncionario de la Fed, a AFP. Añadió que “la fortaleza y la inflación son solo temporales, pero la debilidad del empleo podría ser más duradera”.
Desde que comenzó el cierre el 1 de octubre, el único dato relevante publicado fue la inflación al consumidor de EE. UU., que mostró un aumento del 3 % interanual hasta septiembre, ligeramente por debajo de lo esperado. Esta noticia impulsó los mercados financieros, con acciones cerrando en niveles récord.
La Fed, sin embargo, se basa en una medida de inflación distinta, que según datos previos al cierre sigue muy por encima de su objetivo.
El empleo también se ha ralentizado en los últimos meses, con solo 22.000 nuevos puestos creados en agosto, aunque la tasa de desempleo se mantuvo baja, en 4,3 %.
“El objetivo es hacerlo justo, y eso es difícil con una herramienta tan tosca”, comentó Diane Swonk, economista jefe de KPMG, refiriéndose a la tasa clave de la Fed. Swonk espera dos recortes más este año y pronostica que el banco central anunciará también el fin de su programa de ajuste cuantitativo la próxima semana, ante riesgos crecientes de liquidez.
Las presiones políticas han complicado aún más las decisiones de la Fed. El presidente Trump ha criticado repetidamente al presidente Jerome Powell en su plataforma Truth Social y ha intentado destituir a la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, por presunto fraude hipotecario.
Cook ha impugnado la destitución y llevará el caso a la Corte Suprema, que escuchará los argumentos en enero. Se espera que la decisión no llegue antes de febrero, fecha límite para que la Fed decida sobre la reelección de presidentes regionales, un proceso que ocurre solo cada cinco años.
“Parece que las probabilidades de que pueda realizar esta maniobra se han reducido considerablemente”, indicó Gagnon, refiriéndose a los intentos de la administración por influir en los nombramientos de la Fed.
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