Ya no son únicamente las estrellas, las familias reales o los oligarcas quienes evitan las largas filas de seguridad y disfrutan de los asientos de cuero acolchado. Hoy en día, hay más opciones que nunca para surcar los cielos en un jet privado sin ser jefe de Estado, director ejecutivo o propietario de una aeronave.
Aumento en la entrega de jets privados
Desde la caída del turismo por la pandemia de Covid-19, los fabricantes de aviones se han recuperado gracias a una fuerte demanda. Actualmente hay alrededor de 23.500 jets privados en servicio en todo el mundo. En 2020 se entregaron 644 jets de negocios; en 2024, la cifra subió a 764, y para 2025 se prevé 820 entregas, un aumento del 7,3% anual. Analistas del sector estiman que se entregarán casi 9.700 nuevos jets hasta 2034.
¿Quién compra un jet privado?
Los compradores suelen ser personas con alto poder adquisitivo, gobiernos, corporaciones o empresas de vuelos chárter como NetJets o FlexJets. Aunque la mayoría son aeronaves de propiedad total, el modelo de propiedad fraccionada crece con fuerza. También se popularizan los programas de membresía o suscripción, que ofrecen acceso a una flota completa por un número determinado de horas de vuelo.
¿Y quién los usa?
Desde la pandemia, el perfil del usuario se ha diversificado. Ya no son solo los ultra ricos o ejecutivos, sino también familias, emprendedores y nuevos viajeros que buscan seguridad, flexibilidad y comodidad. Este cambio responde a una mayor liquidez global y a nuevas prioridades tras la crisis sanitaria.
¿Qué es exactamente un jet privado?
Los jets privados, también llamados jets ejecutivos o corporativos, varían según su tamaño y alcance: desde aeronaves pequeñas para cuatro pasajeros hasta aviones ejecutivos tipo Boeing 747-8 VIP, capaces de transportar a unas 75 personas.
El alto costo de volar privado
Un jet nuevo puede costar desde unos pocos millones hasta más de 75 millones de dólares por modelos como el Gulfstream G700 o el Bombardier Global 8000. Convertir un Boeing 747-8 VIP puede superar varios cientos de millones. A eso se suman gastos anuales de combustible, mantenimiento, seguros, tripulación y estacionamiento.
El tiempo: el nuevo lujo supremo
Aunque los jets privados generan más emisiones por pasajero y son criticados por su impacto ambiental, la demanda sigue creciendo. Los expertos prevén un crecimiento sostenido, impulsado por la riqueza global, el uso corporativo y las nuevas formas de acceso como la propiedad fraccionada. Estados Unidos seguirá siendo el mercado más grande, pero el mayor crecimiento se espera en Oriente Medio, Asia-Pacífico y América Latina.
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