La temporada navideña ya está aquí y, muy pronto, los hogares se llenarán del aroma del pavo asado, las galletas recién horneadas, las conversaciones familiares y el tintinear de las copas. Y aunque todos esperamos con ilusión el banquete de Thanksgiving, no podemos ignorar a ese invitado no deseado que aparece cada año: la acidez.
Desde salsas contundentes hasta guarniciones cargadas de mantequilla y postres decadentes —dignos de los dioses—, la mesa tradicional puede desencadenar fácilmente esa conocida sensación de ardor. Para millones de estadounidenses que viven con acidez crónica o con ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico), la celebración puede convertirse en un verdadero campo minado de detonantes. Aproximadamente el 44 % de los estadounidenses padece ERGE recurrente, según el Brigham and Women’s Hospital.
La acidez es uno de los síntomas más característicos de la ERGE. Se trata de una sensación de ardor en el pecho causada por el ácido del estómago que asciende hacia la garganta (reflujo ácido), de acuerdo con el NHS.
Pero ¿y si no tuvieras que elegir entre el sabor y el bienestar? En un video compartido en Instagram, el Dr. Joseph Salhab, gastroenterólogo con sede en Florida y formado en el Lake Erie College of Osteopathic Medicine Bradenton Campus, compartió valiosos consejos para afrontar la mesa navideña si eres propenso al reflujo. Según él, unos simples cambios en los alimentos —sin sacrificar el sabor— pueden marcar una gran diferencia. Veamos cuáles son.
Empieza bien con la proteína
Todos sabemos que el pavo es el protagonista de la cena de Thanksgiving. Y para quienes sufren de ERGE o acidez, esto es aún más importante. El Dr. Salhab recomienda optar por pavo asado magro en lugar de pavo frito o de las partes más grasas bañadas en mantequilla. Una preparación más ligera y con menor contenido de grasa puede tener un impacto significativo en tu digestión. El pavo asado, especialmente la pechuga, es mucho más suave para el sistema digestivo. Así puedes disfrutar del plato tradicional sin el malestar posterior.
Atención a las guarniciones
Thanksgiving suele ser sinónimo de mantequilla, crema y queso en abundancia. Sin embargo, para quienes padecen acidez, aquí es justo donde se debe tener más cuidado. A todos nos encanta el puré de papas cremoso, pero es importante vigilar qué lleva. Al prepararlo, usa poca mantequilla o cámbiala por aceite de oliva para darle un toque mediterráneo más ligero y amigable con el estómago.
Lo mismo ocurre con las cazuelas cremosas. “Evita las cazuelas cargadas de crema y mejor elige ejotes o judías verdes asadas con hierbas”, recomendó el gastroenterólogo. Las verduras asadas con hierbas frescas aportan fibra y nutrientes sin provocar molestias.
Cuida las salsas y los glaseados
Las salsas y los glaseados son claves en una cena de Thanksgiving. Aunque son parte esencial del menú, es importante ser prudente con su preparación. El Dr. Salhab advierte que las salsas ricas en tomate y los glaseados cítricos pueden ser verdaderas “bombas de ácido” para los estómagos sensibles. En su lugar, aconseja optar por salsas a base de hierbas como salvia, romero y tomillo, preparadas con caldos bajos en grasa.
El postre no tiene por qué estar prohibido
Es temporada de fiestas y nadie va a juzgarte por disfrutar de un postre. Sin embargo, lo que elijas comer puede definir cómo se sentirá tu estómago después. El chocolate y la menta son sabores clásicos, pero también conocidos desencadenantes del reflujo. Esto no significa que debas renunciar al dulce: puedes elegir postres a base de vainilla o canela, que resultan más suaves para el sistema digestivo.
El Dr. Salhab también dio recomendaciones sobre las bebidas: “Para tomar algo, considera agua con gas de jengibre o ve despacio y en pequeñas cantidades si consumes alcohol”.
Consejos prácticos antes y después de la cena
El médico también compartió algunas pautas sencillas para disfrutar mejor la cena sin consecuencias:
- Comer porciones pequeñas.
- Comer despacio.
- Evitar acostarse durante al menos 3 horas después de comer.
- Masticar chicle sin menta después de la comida.
- Practicar respiración diafragmática o abdominal.
- Dar un paseo de 10 minutos.
Nota: La información de este artículo es únicamente con fines educativos y no sustituye el consejo médico. Consulte siempre a un profesional de la salud cualificado antes de iniciar cualquier medicamento, tratamiento o cambios en la dieta o suplementos.