El Día de Muertos en la Ciudad de México es una de las celebraciones más coloridas y emocionantes del país. Cada año,
el 1 y 2 de noviembre, las calles, plazas y cementerios se llenan de flores, música, arte y miles de personas que honran la memoria de sus seres queridos con alegría.
1. El Gran Desfile de Día de Muertos
Desde
2016, la
Ciudad de México organiza un gran desfile que recorre
el Paseo de la Reforma hasta el Zócalo capitalino.
Miles de personas participan disfrazadas de catrinas, calaveras, alebrijes y personajes tradicionales. Carros alegóricos, marionetas gigantes, danzantes y músicos llenan la ciudad de color y energía.
Este desfile se inspiró en la escena inicial de la película Spectre de James Bond, filmada en el Centro Histórico, y desde entonces se ha convertido en una tradición esperada por locales y visitantes.
2. Ofrendas y altares públicos
En toda la ciudad se levantan ofrendas monumentales en plazas, museos, escuelas y edificios gubernamentales.
En el
Zócalo, cada año se monta una gran instalación artística dedicada a los difuntos y a la cultura mexicana.
Museos como el
Museo Nacional de Culturas Populares o el Museo Frida Kahlo exhiben altares dedicados a artistas, escritores o personajes históricos.
Las familias también colocan ofrendas en casa, con fotografías, velas, flores de cempasúchil, calaveritas de azúcar y los platillos favoritos de los seres queridos.
3. Visitas a los cementerios
Una de las celebraciones más tradicionales ocurre en el pueblo de Mixquic, al sureste de la ciudad.
Durante la
“Alumbrada”, la noche del
2 de noviembre, los habitantes llenan el panteón de velas, flores y música, permaneciendo toda la noche junto a las tumbas de sus familiares.
El ambiente es mágico:
las luces titilantes, el aroma del cempasúchil y los rezos crean una atmósfera de respeto y alegría espiritual. 4. Arte, música y cultura
Durante estos días, la ciudad se convierte en un enorme festival cultural:
- Hay concursos de catrinas, desfiles escolares y funciones de teatro callejero.
- En las plazas se ofrecen conciertos, exposiciones y talleres de maquillaje de calaveras.
- Artistas locales pintan murales y crean instalaciones que combinan tradición y arte contemporáneo.
5. Comida y mercados
Los mercados tradicionales como el
Mercado de Jamaica o el de Coyoacán se llenan de flores, veladoras, calaveritas y pan de muerto, el dulce típico de la fecha.
Las familias compran también tamales, atole y mole para compartir en casa o llevar al panteón.
Comer y recordar juntos es una forma de mantener viva la memoria de quienes ya no están.
6. El espíritu de la celebración
El Día de Muertos en la Ciudad de México es una mezcla perfecta entre tradición y modernidad.
Aunque hoy incluye desfiles masivos y eventos turísticos, en su esencia sigue siendo una fiesta familiar y espiritual, un momento para honrar la vida a través del recuerdo.
Más que una fecha para llorar, es una oportunidad para celebrar el amor que permanece más allá de la muerte.