El Día de Acción de Gracias es una ocasión para reunirse con los seres queridos, dar gracias y disfrutar de los sabores de la temporada. Sin embargo, para quienes buscan mantener una dieta saludable para el corazón, esta festividad puede representar un reto. Con guarniciones mantecosas, postres decadentes y porciones generosas, es fácil excederse. La buena noticia es que, con algunas elecciones conscientes, es posible disfrutar de una comida festiva sin comprometer la salud cardiovascular. Desde sustituir ingredientes hasta controlar las porciones, un Día de Acción de Gracias saludable y equilibrado es totalmente posible y satisfactorio.
El Dr. Ramy Sadek, cardiólogo certificado que ejerce en UCR Health, en Riverside, California, ofrece algunos consejos para tomar buenas decisiones durante la celebración. Originario de Egipto, obtuvo su título médico en la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón y completó su residencia en medicina interna en UCLA-Olive View. También realizó su especialización en cardiología en Southwest Healthcare MEC, donde fue jefe de cardiología. Actualmente, es profesor asistente clínico de ciencias de la salud en la Facultad de Medicina de la UCR.
Los intereses clínicos del Dr. Sadek incluyen la cardiología preventiva, la imagen cardíaca avanzada y la atención centrada en el paciente. Está certificado en medicina interna, ecocardiografía para adultos, tomografía computarizada cardiovascular y cardiología nuclear, además de contar con formación avanzada en resonancia magnética cardíaca.
P: ¿Qué pautas prácticas sobre el tamaño de las porciones pueden seguir las personas para disfrutar de los platillos de Acción de Gracias sin consumir demasiadas calorías o sodio?
R: Como cardiólogo, suelo decir a mis pacientes que el equilibrio es más importante que la restricción. Una regla sencilla es llenar la mitad del plato con vegetales, un cuarto con proteína magra como el pavo y el otro cuarto con almidones. Usar platos más pequeños y hacer una pausa breve antes de repetir ayuda a disfrutar sin excederse en sodio ni calorías.
P: ¿Qué sustituciones sencillas de ingredientes pueden hacer que los platos tradicionales —como el relleno, el puré de papas o los postres— sean más saludables para el corazón?
R: Los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia. Usar pan integral para el relleno, aceite de oliva en lugar de mantequilla y caldo bajo en sodio son excelentes opciones. En los postres, se pueden usar rellenos a base de frutas o coberturas más ligeras, como frutos secos.
P: Si alguien quiere disfrutar de algunos alimentos más indulgentes, ¿cuál es la mejor manera de equilibrarlos durante el día para minimizar el impacto en el corazón o los niveles de azúcar en sangre?
R: Aconsejo no saltarse comidas antes de una gran cena festiva. Comer un desayuno ligero rico en proteínas ayuda a estabilizar el azúcar en la sangre y evita comer en exceso después. Mantente bien hidratado, disfruta de los antojos con moderación y da un paseo corto después; esto ayuda con la digestión y mantiene más estables la presión arterial y la glucosa.
P: ¿Qué cantidad de alcohol es segura para la salud del corazón durante una comida festiva? ¿Y hay tipos más beneficiosos, como el vino tinto?
R: La moderación es clave. Hasta una bebida al día para las mujeres y dos para los hombres se considera seguro para la mayoría de los adultos. Pero el exceso de alcohol puede aumentar el riesgo de hipertensión y arritmias. Si no sueles beber, no hay motivo para empezar a hacerlo por la salud del corazón.
P: ¿Existen hábitos después de la comida —como caminar, hidratarse o ajustar la toma de medicamentos— que ayuden a proteger la salud cardíaca tras una cena abundante?
R: Después de una comida copiosa, una caminata suave de 10 a 15 minutos ayuda con la digestión y reduce el azúcar en sangre. Bebe suficiente agua para contrarrestar el sodio, evita recostarte inmediatamente y toma tus medicamentos cardíacos según las indicaciones.
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