El consumo de cannabis entre mujeres embarazadas en Estados Unidos ha aumentado de forma constante en los últimos años, impulsado por el cambio en las actitudes sociales y la legalización generalizada. Muchas lo consideran un remedio “natural” para síntomas como las náuseas, la ansiedad o el insomnio. Sin embargo, nuevas investigaciones y las principales organizaciones médicas están lanzando una advertencia clara: el consumo de cannabis durante el embarazo puede poner en riesgo serio tanto a la madre como al bebé.
Las últimas recomendaciones sobre cannabis y embarazo
El 19 de septiembre, el
Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) emitió nuevas directrices que instan a las mujeres a
evitar el cannabis antes, durante y después del embarazo. La guía enfatiza la importancia de realizar un cribado universal del consumo de marihuana en mujeres que planean concebir, que están embarazadas o en periodo de lactancia. A pesar de su creciente popularidad, los expertos médicos recalcan que
no se considera seguro para las futuras madres.
Por qué algunas mujeres embarazadas recurren al cannabis
Muchas mujeres embarazadas utilizan cannabis para aliviar síntomas comunes del embarazo como:
- Náuseas y vómitos matutinos
- Ansiedad o estrés
- Insomnio o problemas de sueño
- Dolor
Algunas lo perciben como una alternativa “más limpia” a los medicamentos recetados o al alcohol. Sin embargo, la evidencia científica sobre su seguridad y eficacia es limitada, y los estudios existentes apuntan a posibles daños tanto para la madre como para el bebé.
Los riesgos del consumo de cannabis durante el embarazo
Estudios recientes, incluidos análisis a gran escala de
Kaiser Permanente y publicaciones en
JAMA Pediatrics, han identificado varias complicaciones asociadas al consumo prenatal de marihuana:
- Parto prematuro y bajo peso al nacer: los bebés expuestos al cannabis en el útero tienen más probabilidades de nacer antes de tiempo o con bajo peso.
- Ingresos a la UCI neonatal (NICU): estos bebés suelen requerir cuidados intensivos por dificultades de adaptación o retrasos en el desarrollo.
- Problemas conductuales y cognitivos: la exposición prenatal al cannabis se ha vinculado con retrasos en el desarrollo y trastornos de conducta en la infancia.
- Riesgos maternos: el consumo de cannabis puede aumentar la probabilidad de hipertensión gestacional, preeclampsia y alteraciones en el aumento de peso durante el embarazo.
Un metaanálisis dirigido por la
Dra. Jamie Lo de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, que analizó más de
21 millones de embarazos, halló evidencia moderada de que el consumo de marihuana incrementa el riesgo de parto prematuro, bajo peso y bebés pequeños para su edad gestacional. Otro estudio de
Kaiser Permanente, con más de
316,000 embarazos, confirmó mayores tasas de hipertensión gestacional y preeclampsia entre usuarias de cannabis, con riesgos que aumentan según la frecuencia de consumo.
Cómo afecta el cannabis al bebé y a la placenta
El
THC y otros cannabinoides atraviesan fácilmente la placenta, pudiendo alterar el desarrollo fetal. Las investigaciones muestran que la marihuana puede:
- Modificar la producción hormonal y la expresión genética
- Reducir el flujo sanguíneo hacia el feto
- Limitar la entrega de nutrientes, afectando el crecimiento
- Provocar estrés oxidativo y problemas metabólicos a largo plazo
Los estudios en animales han demostrado que la exposición al THC puede frenar el crecimiento fetal e interferir con el desarrollo de los vasos sanguíneos placentarios. En humanos, se ha observado un estrechamiento de los vasos y daño mitocondrial, factores que pueden afectar la salud del bebé.
Desmintiendo mitos comunes
Uno de los mitos más persistentes es que, por ser “natural”, el cannabis es seguro. Los expertos médicos rechazan firmemente esta idea, enfatizando que
natural no significa inofensivo, especialmente cuando se trata de fetos en desarrollo.
El ACOG y otras organizaciones recomiendan que los médicos hablen abiertamente sobre el consumo de cannabis con todas sus pacientes, no solo con quienes lo mencionan voluntariamente.
¿Y los productos con CBD?
Algunas mujeres consideran el
CBD como una alternativa no psicoactiva. No obstante, los expertos advierten que
todos los productos derivados del cannabis deben evitarse durante el embarazo, ya que la investigación sobre la seguridad del CBD en mujeres embarazadas es extremadamente limitada.
Alternativas más seguras para los síntomas del embarazo
Las futuras madres que sufran náuseas, ansiedad o problemas de sueño deben consultar con su médico sobre opciones más seguras y comprobadas, como:
- Vitaminas prenatales y ajustes dietéticos
- Suplementos de jengibre o vitamina B6 para las náuseas
- Técnicas de atención plena, meditación o yoga prenatal para la ansiedad
- Medicamentos aprobados por un profesional cuando sea necesario
Consumir cannabis durante el embarazo conlleva
riesgos significativos para la madre y el bebé. Desde el parto prematuro hasta problemas de desarrollo, la evidencia científica es clara. Siguiendo las recomendaciones del ACOG y otras autoridades médicas, la opción más segura es
evitar el cannabis y sus derivados antes, durante y después del embarazo.
Si estás embarazada y experimentas malestar, consulta alternativas seguras y aprobadas por tu médico.
La salud de tu bebé —y la tuya— son demasiado valiosas como para ponerlas en riesgo con el cannabis.Estudios recientes y organizaciones médicas, incluido el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), advierten contra el consumo de cannabis durante el embarazo debido a los posibles riesgos tanto para la madre como para el bebé. El uso de cannabis se ha relacionado con
parto prematuro, bajo peso al nacer y problemas en el desarrollo infantil. Los expertos recomiendan
alternativas más seguras para aliviar síntomas del embarazo como las náuseas y la ansiedad, enfatizando que
todos los productos derivados del cannabis deben evitarse durante este periodo crítico.