Cuando se trata de la salud cerebral, las personas han probado numerosos alimentos y cambios en el estilo de vida, pero algo que siempre viene a la mente es: ¿qué bebida antioxidante es más poderosa para nuestro cerebro? La mayoría de nosotros cree que empezar la mañana con café es la mejor manera de activar nuestro cerebro y mantenernos concentrados en el trabajo sin sentir sueño durante el día. Por otro lado, algunas personas afirman que el té verde es mejor, ya que aumenta la energía, ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y mejora la función cognitiva. Por eso, vamos a profundizar en esta pregunta muy común: ¿qué es mejor para el cerebro, el té verde o el café? Exploremos lo que dicen la ciencia y los neurocientíficos.
Dr. Robert Lowe, neurocientífico, explica los beneficios de ambas bebidas. Veámoslo:
Café: un impulso cerebral en una taza
El café es más que un ritual matutino; puede ser un aliado poderoso para el cerebro. Para algunos, es la única manera de empezar la mañana, con una taza recién hecha y sin azúcar. La investigación ha demostrado que el consumo regular de café se asocia con menor acumulación de placas, un indicador clave del envejecimiento y un factor en la enfermedad de Alzheimer.
Un estudio publicado en PubMed Central titulado “A cup of coffee for a brain long life” indica que el café contiene más de 1,000 compuestos bioactivos, incluidos cafeína, polifenoles, antioxidantes y trigonelina, muchos de los cuales tienen efectos antiinflamatorios, antioxidantes, neuroprotectores, anticancerígenos y cardioprotectores. Además, podría reducir la probabilidad de Alzheimer hasta en un 65% y de Parkinson hasta en un 29%.
Sin embargo, también tiene desventajas: puede interferir con la absorción de hierro, ciertos medicamentos para la osteoporosis e incluso algunos antibióticos.
Té verde: un impulso cognitivo más calmado
El té verde aporta sus propios beneficios para el cerebro y proporciona una energía más suave. Un estudio titulado “A longitudinal cohort study demonstrating the beneficial effect of moderate consumption of green tea and coffee on the prevention of dementia: The JPHC Saku Mental Health Study” concluye que 2-3 tazas al día reducen significativamente el riesgo de deterioro cognitivo, con un Odds Ratio (OR) de 0.56, es decir, un 44% menos de riesgo comparado con quienes no consumen té. Sin embargo, esto se observó solo en personas mayores; no se encontraron efectos significativos en la muestra completa, que incluía personas más jóvenes. Esto recuerda que más no siempre es mejor, ya que dosis más altas de té verde (4 tazas o más) no aumentaron los beneficios.
Según Robert Lowe, el café es un potenciador cognitivo gracias a su contenido de cafeína, que ayuda a aumentar la concentración, la memoria y la atención. También es rico en polifenoles, compuestos que le dan su color oscuro y que benefician la salud intestinal, la cual está estrechamente relacionada con un mejor funcionamiento cerebral. Su único consejo es elegir café orgánico para evitar la exposición a pesticidas presentes en los granos convencionales y prepararlo con agua libre de fluoruro, destilada o de ósmosis inversa para obtener beneficios óptimos.
En cuanto al té verde, ayuda a mantener una energía equilibrada. Contiene cafeína, pero también L-teanina, un aminoácido que promueve la calma y la relajación. También es beneficioso para el intestino y contiene polifenoles, como el café, que apoyan la salud intestinal y, a su vez, nutren el cerebro (a través del eje intestino-cerebro).
¿Cuál es mejor?
Tanto el café como el té verde ofrecen beneficios poderosos, pero el café puede ser un poco más estimulante, mientras que el té verde proporciona una energía más suave y calmada. Sin embargo, como dice Robert, al final del día, ¡la mejor opción es la que disfrutes!
El fin del Artículo