El Gobierno del Perú anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con México, en respuesta a la decisión del gobierno mexicano de otorgar asilo político a
la ex primera ministra Betssy Chávez, procesada por su presunta participación en el intento de
golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo en diciembre de 2022.El canciller peruano, Hugo de Zela, informó que la medida responde a
“un acto inamistoso” por parte de México y denunció
“una reiterada intromisión” en los asuntos internos del país.
“El otorgamiento de asilo a una persona investigada por graves delitos contra el orden constitucional constituye una interferencia inaceptable en el sistema de justicia peruano”, declaró De Zela en conferencia de prensa.
El caso Betssy ChávezBetssy Chávez, quien se desempeñó como jefa del gabinete ministerial durante el breve mandato de
Pedro Castillo, enfrenta cargos por rebelión y conspiración, en un proceso que podría acarrearle hasta 25 años de prisión. Según la fiscalía, la ex primera ministra habría colaborado en el intento de disolver el Congreso y establecer un gobierno de excepción en diciembre de 2022.
Tras conocerse la decisión judicial de ampliar la investigación en su contra, Chávez ingresó a la embajada de México en Lima, donde solicitó asilo político alegando persecución por motivos ideológicos.
La posición de MéxicoEl gobierno mexicano, encabezado por
Andrés Manuel López Obrador, defendió su actuación como un ejercicio legítimo del derecho internacional. En un comunicado, la
Secretaría de Relaciones Exteriores sostuvo que su decisión
“se enmarca en la tradición humanitaria de México y en los principios del derecho de asilo consagrados en convenios internacionales”.
“México reafirma su compromiso con la protección de las personas perseguidas por motivos políticos. La reacción del gobierno peruano resulta desproporcionada y lamentable”, señaló la cancillería mexicana.
Una relación marcada por la tensiónLos vínculos diplomáticos entre
Lima y Ciudad de México se han deteriorado de forma progresiva desde la destitución de Pedro Castillo en 2022. México fue uno de los países más críticos con su destitución, calificándola de
“golpe de Estado”, mientras que el gobierno peruano acusó reiteradamente a
López Obrador de intervenir en su política interna.
En diciembre de ese año, Perú expulsó al embajador mexicano
Pablo Monroy, tras declaraciones consideradas
“ofensivas” por parte del mandatario mexicano. Desde entonces, las relaciones bilaterales se mantenían en un nivel mínimo, hasta la ruptura definitiva anunciada esta semana.
Implicaciones diplomáticasLa decisión implica el retiro inmediato de los embajadores y la suspensión de los canales diplomáticos formales entre ambos países, aunque
el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú precisó que los servicios consulares continuarán operando para asistir a los ciudadanos peruanos y mexicanos residentes en el extranjero.
Expertos en relaciones internacionales advierten que el conflicto podría profundizar las divisiones ideológicas en la región, en un contexto en el que los gobiernos latinoamericanos adoptan posturas cada vez más polarizadas frente a temas como el asilo político y la soberanía judicial.
PerspectivasHasta el momento, el gobierno mexicano no ha anunciado medidas recíprocas, aunque se prevé que revise la situación de su representación diplomática en Lima. La situación de
Betssy Chávez dentro de la embajada mexicana sigue siendo incierta, y su eventual salida del país podría convertirse en un nuevo punto de fricción bilateral.
La ruptura, considerada la más grave entre ambos países en las últimas décadas, evidencia la creciente tensión entre los principios humanitarios de asilo y el respeto a las instituciones democráticas en América Latina.