La Casa Blanca se convirtió en una mansión encantada con un toque presidencial el jueves por la noche, cuando el presidente
Donald Trump y la primera dama
Melania Trump organizaron una celebración de
Halloween digna de una historieta. Superhéroes, dinosaurios e incluso pequeños “Donald” y “Melania” desfilaron por el
Jardín Sur, mientras la pareja presidencial, sin disfraces, hacía una entrada triunfal al ritmo de
Thriller, de Michael Jackson.
Recién regresado de una gira de cinco días por Asia, Trump repartió chocolates a cientos de niños disfrazados, acompañado de su esposa, quien saludaba sonriente a los pequeños visitantes. La pareja mostró especial cariño por tres hermanos vestidos como
agente del Servicio Secreto, presidente y primera dama, una representación familiar que hizo reír al propio Trump. El mandatario le dio un “high-five” a su mini-yo y bromeó con los periodistas señalando a la niña: “Melania”.
Entre los asistentes se encontraban varios funcionarios de la administración, como la
portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, y el
subjefe de gabinete, Stephen Miller, quienes también participaron en la festividad junto a sus familias. Leavitt llevó a su hijo de un año disfrazado de calabaza, mientras que Miller trataba de controlar a su pequeño fantasma y a otro hijo vestido de esqueleto.
Uno de los disfraces más comentados fue el de un niño que llegó vestido de
inodoro, con un cartel en la parte trasera que decía “Wide Load” (“Carga Ancha”). Trump, divertido, le entregó una barra de chocolate y se rió del ingenio del pequeño. También destacó una familia que transformó su carrito en un
autoservicio de McDonald’s, un guiño cómico al amor del presidente por la comida rápida.
La
celebración de Halloween en la Casa Blanca se ha convertido en una tradición anual. El año pasado, el entonces presidente Joe Biden protagonizó un momento incómodo al fingir morder a varios bebés disfrazados. Pero el recuerdo más viral sigue siendo el de
2019, cuando Trump colocó un dulce sobre la cabeza de un niño disfrazado de Minion.
Este año, el presidente repitió la escena con un niño de disfraz desconocido, pero con un sombrero plano perfecto para sostener un chocolate presidencial.