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Clima de tensión en Lima: un muerto y más de 100 heridos en protestas contra el nuevo gobierno de José Jerí

El artículo analiza las recientes protestas en Lima tras la asunción de José Jerí como presidente interino del Perú, en reemplazo de Dina Boluarte, destituida por el Congreso. Durante las manifestaciones, un joven músico, Eduardo Ruiz Sáenz, murió en circunstancias aún no esclarecidas, aunque testigos afirman que fue asesinado por un presunto policía de civil. Más de 100 personas resultaron heridas.El reportaje contextualiza la protesta dentro de una crisis política estructural que ha llevado al país a tener siete presidentes en ocho años. Jóvenes sin afiliación política lideran las movilizaciones, denunciando corrupción, inseguridad y exigencias de una verdadera renovación del sistema político. El gobierno ha prometido investigar los hechos, pero la desconfianza ciudadana crece. La muerte de Ruiz Sáenz se convierte así en un símbolo del descontento generalizado y de la fractura entre el poder y la ciudadanía.
Clima de tensión en Lima: un muerto y más de 100 heridos en protestas contra el nuevo gobierno de José Jerí
(Crédito de la imagen: iTimes Spanish)
Lima, la capital peruana volvió a convertirse en epicentro de la crisis política que sacude al país desde hace casi una década. En medio de violentos enfrentamientos entre manifestantes y la Policía Nacional del Perú (PNP), un joven de 32 años, identificado como Eduardo Ruiz Sáenz, perdió la vida este miércoles durante una protesta contra el recién asumido presidente interino, José Jerí.Las autoridades confirmaron más de 100 personas heridas, entre ellas decenas de policías. Testigos presenciales denunciaron uso excesivo de la fuerza y la presunta presencia de policías vestidos de civil infiltrados en la protesta.Mientras las calles de Lima ardían al grito de “¡Fuera todos!”, en Palacio de Gobierno, Jerí declaraba que las manifestaciones habían sido "infiltradas por criminales" y ordenaba una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte de Ruiz Sáenz. Un artista asesinado en medio del caosEduardo Ruiz Sáenz no era un activista político afiliado. Era músico, parte de la escena local del hip hop. En redes sociales circulan videos de sus presentaciones y mensajes en los que denunciaba la corrupción y la violencia que afecta a los sectores más jóvenes y vulnerables del país.El miércoles por la tarde, Eduardo participaba en una marcha convocada por colectivos juveniles en el centro de Lima. Según informes de medios locales y testimonios de manifestantes, recibió un disparo en el pecho, presuntamente por parte de un hombre armado vestido de civil, a quien algunos identificaron como policía encubierto.Fue trasladado de urgencia a un hospital cercano, pero llegó sin vida. La congresista Ruth Luque, presente en el centro médico, declaró que la información preliminar sugiere que el joven murió a causa de una herida de bala en el pecho.“Exigimos una investigación independiente. No podemos permitir otro caso de violencia policial encubierta”, declaró Luque desde el hospital.Hasta el momento, no se ha publicado un informe forense oficial, y el gobierno no ha confirmado la causa exacta de la muerte. ¿Quién es José Jerí?José Jerí, abogado y congresista, pertenece al partido Somos Perú, que ha oscilado entre alianzas con distintos gobiernos. Fue juramentado como presidente interino el pasado viernes 11 de octubre, tras la destitución de Dina Boluarte por el Congreso bajo la figura de “incapacidad moral permanente”.Como presidente del Congreso en funciones, Jerí era el siguiente en la línea de sucesión. Su nombramiento lo convierte en el séptimo presidente de Perú en los últimos ocho años, un dato que refleja el grado de inestabilidad institucional que atraviesa el país.Desde su llegada al poder, protestas masivas han estallado no solo en Lima, sino también en Arequipa, Cusco, Trujillo y otras ciudades, encabezadas principalmente por jóvenes.Los manifestantes exigen:
  • La renuncia de Jerí
  • Elecciones generales anticipadas
  • Acciones concretas contra la corrupción
  • Y respuestas frente al aumento de la criminalidad y extorsiones, especialmente las amenazas contra transportistas por parte de mafias locales.
La calle contra el sistemaEn plataformas como TikTok e Instagram, los colectivos ciudadanos y activistas independientes han dejado clara su posición: rechazan cualquier continuidad del sistema político actual. Uno de los voceros juveniles, que se identifica como “Lando”, expresó en redes:“Jerí representa lo mismo que Boluarte. Somos Perú la sostuvo hasta el final. Ahora quieren venderse como salvadores. No lo vamos a permitir”.La narrativa es contundente: no basta con cambiar de presidente. Lo que se exige es una reforma estructural del sistema político, la justicia, y la seguridad ciudadana. El Estado bajo presiónDesde el Ejecutivo, las respuestas han sido ambiguas. Aunque Jerí ha declarado que "respeta el derecho a la protesta", también advirtió sobre la acción de “grupos violentistas” interesados en generar caos.“Lamentamos profundamente la muerte del ciudadano Eduardo Ruiz Sáenz, escribió el presidente en X (antes Twitter). “Se ha ordenado una investigación rigurosa para determinar qué ocurrió realmente”.Sin embargo, no dio detalles sobre las circunstancias del fallecimiento ni asumió responsabilidad institucional.Organismos de derechos humanos y congresistas de la oposición han pedido transparencia en la investigación, acceso a las cámaras de seguridad y garantías de que no habrá represión contra los manifestantes pacíficos. Un país al borde del abismoLo ocurrido esta semana en Lima confirma un patrón preocupante: la crisis política peruana no es coyuntural, sino estructural. La sucesión de gobiernos interinos, las acusaciones de corrupción, y la desconexión entre la clase política y la ciudadanía han minado la confianza en las instituciones.La muerte de Eduardo Ruiz Sáenz ha puesto rostro a esa fractura social. Para muchos peruanos, es un símbolo de lo que está en juego: no solo un cambio de presidente, sino el destino mismo de la democracia en el país.¿Será este el punto de inflexión? ¿O solo otro episodio trágico que quedará impune? El tiempo —y las decisiones del nuevo gobierno— lo dirán.