El Gobierno ha impuesto una multa histórica de 68 millones de euros a Airbnb por anunciar miles de pisos turísticos sin la licencia obligatoria. La sanción llega tras comprobarse que más de 65.000 anuncios no cumplían la normativa vigente, especialmente en ciudades donde el problema de la vivienda se ha vuelto insostenible.
Desde el Ministerio de Consumo explican que muchos de estos pisos se ofrecían sin número de registro, con datos incorrectos o sin aclarar si el propietario era un particular o una empresa. A pesar de los avisos previos, la plataforma no retiró los anuncios irregulares, lo que ha llevado a una de las multas más altas impuestas hasta ahora a una empresa digital en España.
Un problema que afecta al día a díaEn barrios de ciudades como Barcelona, Madrid o Palma, los vecinos llevan tiempo denunciando que los pisos turísticos están expulsando a residentes, subiendo los alquileres y cambiando la vida de los barrios.
“Cada vez hay menos viviendas para vivir y más para turistas”, es una queja habitual.
El Gobierno sostiene que esta sanción busca poner orden en un mercado que se ha descontrolado y garantizar que quien alquila un piso turístico cumpla las mismas reglas que el resto.
“Nadie está por encima de la ley”, han insistido desde Consumo.
Más control y menos abusosEn los últimos meses, España ha reforzado el control sobre los alquileres turísticos con un registro obligatorio de viviendas y sanciones más duras para quienes incumplan. El objetivo es frenar el alquiler ilegal y proteger el acceso a la vivienda, uno de los mayores problemas para muchas familias.
Airbnb, por su parte, ha defendido su modelo y ha mostrado su desacuerdo con la sanción, aunque deberá retirar los anuncios ilegales y asumir la multa impuesta.
Un mensaje claroCon esta decisión, el Gobierno lanza un mensaje claro a las plataformas y a los propietarios: el turismo no puede ir en contra del derecho a la vivienda. La multa a Airbnb marca un antes y un después en la regulación de los pisos turísticos y refuerza la idea de que el crecimiento del turismo debe ser compatible con la vida en los barrios.
