La tensión entre Estados Unidos y Venezuela está al rojo vivo. Lo que empezó como una operación para frenar el narcotráfico se ha convertido en un verdadero choque de poder, con portaaviones, aviones de combate, maniobras militares y mensajes de alerta de ambos lados.
EE.UU. aprieta en el CaribeEstados Unidos envió su portaaviones más potente, el USS Gerald R. Ford, hacia aguas cercanas a Venezuela, junto con buques de guerra, aviones F-35 y drones de vigilancia. Todo, según Washington, para combatir el narcotráfico y
“proteger la región”.
Pero Caracas ve esto como una provocación directa. Los movimientos de EE.UU. se sienten como un aviso: la fuerza está presente, y nadie sabe hasta dónde podrían llegar.
Venezuela responde: “Si nos tocan, nos defendemos”- Nicolás Maduro puso en alerta máxima a sus fuerzas militares y milicias.
- Más de 200.000 efectivos están movilizados en todo el país.
- Se activaron ejercicios militares a lo largo de la costa para “proteger la patria”.
- El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió que ante cualquier ataque, Venezuela responderá con toda su fuerza.
El mensaje es claro:
Caracas no va a retroceder ante lo que considera una amenaza directa a su soberanía. Riesgo de escalada- Esta no es solo una demostración de fuerza: cada movimiento puede desencadenar un conflicto más serio.
- EE.UU. podría limitarse a ataques puntuales contra redes de narcotráfico, pero Venezuela lo ve como un paso previo a presionar al gobierno.
- La comunidad internacional observa con preocupación: cualquier error podría afectar a toda la región.
Qué está en juego- Para EE.UU., es una forma de mostrar músculo y presionar al régimen chavista.
- Para Venezuela, es una cuestión de honor y soberanía: cualquier acción de Washington es vista como una agresión.
- La tensión también afecta a los vecinos y podría cambiar el panorama político y económico en América Latina si la situación se sale de control.
La calma es relativa. Con portaaviones, misiles y tropas en alerta, cada día que pasa la situación parece más peligrosa. Este choque en el Caribe no es solo un despliegue militar:
es un duelo de poder que pone en juego la estabilidad de toda la región.