La noche del
20 al 21 de diciembre de 2025 llega la luna nueva, esa noche en la que la luna
“desaparece” del cielo y todo se queda un poquito más callado.
Aquí, entre calles, casas y ventanas encendidas, muchos ni siquiera levantan la mirada… pero quienes sí lo hacen sienten algo distinto:
una calma rara, como si el cielo quisiera darnos un respiro antes de cerrar el año.Una noche oscura, pero no vacía
La luna nueva no se ve, pero se siente.
En los barrios, en las azoteas, en los patios donde la gente tiende la ropa, el cielo oscuro parece más grande.
Las estrellas brillan un poquito más.
El aire se siente fresco, honesto.
La gente dice que en luna nueva es buen momento para empezar cosas, para hacer cambios, para decidir sin prisa. Y tiene sentido:
cuando todo está oscuro, uno escucha mejor lo que trae en el corazón. Un momento para uno mismo
No hace falta gran cosa.
No hay que prender velas ni armar rituales complicados.
Solo basta salir un minuto, asomarse por la ventana, respirar.
Pensar:
- ¿Qué quiero dejar atrás antes de que acabe el año?
- ¿Qué quiero sembrar para el próximo?
- ¿Qué sueño quiero retomar en silencio, sin que nadie se entere aún?
La luna nueva es eso:
el espacio secreto donde uno comienza sin ruido.
Cerrando el año con calma
Diciembre siempre viene cargado: pendientes, cansancio, abrazos, nostalgias.
Pero la luna nueva llega justo a tiempo para bajar revoluciones.
Es como si dijera:
“Ey, date chance. Respira. Suelta lo pesado. Vuelve a empezar, aunque sea poquito.”
Es una noche simple, humilde, callada.
Pero poderosa.
De esas que solo entienden quienes alguna vez se quedaron viendo el cielo desde la puerta de su casa, sintiendo que algo bueno podría nacer aunque nadie lo vea todavía.
Así de simple, así de nuestra
La luna nueva de diciembre no viene a brillar.
Viene a acompañar.
A recordarnos que los mejores comienzos se hacen en silencio, como las semillas que germinan bajo tierra o los sueños que uno guarda en el pecho antes de contarlos.
Una noche oscura, sí.
Pero íntima, cercana, nuestra.