El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado drásticamente su confrontación con Venezuela al ordenar lo que calificó como un bloqueo “total y completo” de los petroleros sancionados que entran y salen del país, además de declarar al gobierno de Nicolás Maduro como una “organización terrorista extranjera”.
Al anunciar la decisión a última hora del martes, Trump acusó al gobierno de Maduro de utilizar los ingresos del petróleo para financiar el narcotráfico y el crimen organizado, y prometió ampliar la presencia militar estadounidense alrededor de la nación sudamericana. El anuncio llega tras semanas de creciente tensión, que incluyen despliegues navales, patrullas aéreas y la incautación de un petrolero frente a la costa venezolana.
La orden de Trump apunta a todos los buques petroleros sancionados que viajan hacia y desde Venezuela, formalizando en la práctica lo que operadores del mercado ya describían como un embargo de facto, después de que fuerzas estadounidenses se apoderaran la semana pasada de un buque que transportaba cerca de dos millones de barriles de crudo venezolano. Desde entonces, varios petroleros cargados de petróleo han permanecido en aguas venezolanas para evitar el riesgo de ser interceptados.
La administración ha desplegado miles de soldados y casi una docena de buques de guerra en el Caribe, incluido un portaaviones, junto con aviones de patrulla marítima y helicópteros capaces de vigilar rutas de navegación en toda la región. Aunque la Casa Blanca no ha detallado cómo se aplicará el bloqueo, analistas prevén que la Marina y la Guardia Costera de EE. UU. desempeñen un papel central.
Los mercados petroleros reaccionaron con cautela, con un leve aumento de los precios ante el temor de que las exportaciones venezolanas caigan de forma significativa. Venezuela produce alrededor de un millón de barriles diarios y exporta la mayor parte. Una interrupción prolongada podría retirar casi un millón de barriles al día del suministro mundial, aunque los operadores señalan que, por ahora, la oferta global sigue siendo suficiente.
El impacto se ha visto agravado por un ciberataque esta semana que afectó los sistemas de PDVSA, la petrolera estatal venezolana, ralentizando aún más las exportaciones. Economistas advierten que un bloqueo sostenido podría provocar escasez de alimentos y medicinas al limitar la capacidad del país para obtener divisas.
La respuesta de Maduro y las repercusiones regionales El gobierno de Maduro ha condenado el bloqueo por considerarlo ilegal y ha acusado a Washington de piratería y guerra económica. En un comunicado, Caracas afirmó que Trump está violando el derecho internacional y el principio de libre navegación, y anunció que llevará el asunto ante las Naciones Unidas.
Antes del anuncio, Maduro declaró que Estados Unidos busca “colonizar Venezuela” para apropiarse de su petróleo, gas y recursos minerales, y aseguró que defenderá la soberanía del país. Funcionarios venezolanos también han acusado a Trinidad y Tobago de cooperar con EE. UU. durante la incautación del petrolero la semana pasada.
Washington sostiene que la campaña militar tiene como objetivo frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Desde principios de septiembre, las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo más de 20 ataques contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, con al menos 95 muertos según cifras oficiales. El Pentágono defiende estas acciones como legales y eficaces, pese al creciente escrutinio de legisladores.