Bolivia ha elegido un cambio histórico en su liderazgo político. Rodrigo Paz, senador del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 54,5 % de los votos, superando al ex presidente conservador Jorge “Tuto” Quiroga, quien obtuvo el 45,5 %. Esta victoria pone fin a casi 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales.
Un líder centrista emergente
Rodrigo Paz, economista de 58 años e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, se presentó como una alternativa moderada y pragmática frente a la larga gestión del MAS. Su campaña destacó la necesidad de revitalizar la economía del país, incentivando la inversión privada y manteniendo algunos programas sociales existentes. Paz promovió un enfoque que él denomina “capitalismo para todos”, buscando equilibrar crecimiento económico con inclusión social.
Desafíos inmediatos
El país enfrenta serios problemas económicos: la inflación supera el 23 %, las reservas de dólares están en descenso y existe escasez de combustibles. Paz ha prometido implementar reformas económicas para estabilizar la economía, simplificar impuestos y fortalecer la lucha contra la corrupción.
Transición y relaciones exteriores
El presidente saliente, Luis Arce, felicitó a Paz y aseguró que la transición será ordenada, con la toma de posesión programada para el 8 de noviembre. En el plano internacional, Paz ha expresado su intención de restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos, cortadas desde 2008. Funcionarios estadounidenses consideran la elección de Paz como una oportunidad positiva para fortalecer los lazos bilaterales.
Expectativas y retos futuros
Aunque la victoria de Paz marca un cambio significativo en la política boliviana, su partido no cuenta con mayoría en el Congreso, por lo que deberá construir alianzas para gobernar eficazmente. Además, deberá enfrentar la oposición de sindicatos y parte de la población escéptica frente a un cambio real después de dos décadas de gobiernos socialistas.
Con su llegada al poder, Bolivia inicia un nuevo capítulo centrado en políticas moderadas y una visión de desarrollo más orientada al mercado, mientras busca superar la polarización y generar estabilidad económica y social.
El fin del Artículo