Nueve exlíderes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) lanzaron este lunes una fuerte crítica contra el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., acusándolo de socavar la ciencia, paralizar a la principal agencia de salud del país y de “poner en peligro la salud de todos los estadounidenses”.
En un ensayo publicado en The New York Times, los exdirectores y jefes interinos de los CDC —que sirvieron bajo administraciones tanto demócratas como republicanas— señalaron que la reestructuración emprendida por Kennedy era “algo nunca antes visto en los CDC ni en nuestro país”.
El artículo apareció tras el despido, la semana pasada, de la directora de los CDC, Susan Monarez, menos de un mes después de asumir el cargo. La decisión de Kennedy provocó una ola de renuncias entre altos funcionarios de la agencia. La Casa Blanca defendió su destitución alegando que Monarez “no estaba alineada con la agenda del Presidente de Hacer a América Saludable de Nuevo”, mientras que los abogados de Monarez argumentaron que fue apartada por negarse a “respaldar directrices imprudentes y carentes de base científica”.
Los exdirectores citaron como motivos de preocupación el escepticismo de Kennedy hacia las vacunas, los recortes a la financiación de departamentos de salud estatales y locales, los despidos masivos de personal sanitario y la sustitución de expertos cualificados por “individuos no capacitados que comparten sus visiones peligrosas y anticientíficas”. Además, señalaron que su gestión del peor brote de sarampión en décadas evidenció los riesgos de su liderazgo.
“Estas no son solicitudes habituales de un secretario de salud a un director de los CDC. Ni de cerca”, escribieron. “Ninguno de nosotros habría aceptado las exigencias del secretario, y aplaudimos a la Dra. Monarez por defender a la agencia y la salud de nuestras comunidades”.
Entre los firmantes se encuentran figuras como William Foege, William Roper, Anne Schuchat, así como las exdirectoras de la era Biden, Rochelle Walensky y Mandy Cohen. Todos advirtieron que la gestión de Kennedy ha dejado a los CDC “gravemente debilitados” e incapaces de cumplir su misión esencial de proteger a los estadounidenses frente a amenazas sanitarias.
Aunque reconocieron que no siempre estuvieron de acuerdo con administraciones anteriores, citaron como ejemplo positivo la Operación Warp Speed durante la presidencia de Trump, que demostró cómo el HHS podía cumplir objetivos cuando “la salud y la ciencia están en primer plano”.
Los exdirectores instaron al Congreso a ejercer sus poderes de supervisión y llamaron a los gobiernos estatales y locales a intervenir donde el apoyo federal ha colapsado. “Los empleados de los CDC merecen un secretario de Salud y Servicios Humanos que defienda la salud, apoye la ciencia y los respalde”, concluyeron. “Nuestro país también lo merece”.
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