España ha conmemorado el 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco sin actos oficiales, pero con un llamamiento del presidente del gobierno a recordar las lecciones de la dictadura y defender la libertad democrática “arrebatada durante tantos años”.
Franco, cuyo golpe militar contra el gobierno republicano elegido en 1936 desencadenó una guerra civil y dio lugar a cuatro décadas de dictadura, murió en Madrid el 20 de noviembre de 1975.
Aunque el gobierno socialista de Pedro Sánchez ha organizado una serie de actividades durante todo el año para conmemorar la transformación de la España posfranquista, descartó celebrar actos de Estado el jueves —el aniversario exacto de la muerte del dictador— para evitar acusaciones de que buscaba celebrar su fallecimiento.
Ramos y flores fueron depositados en memoria de Franco en la entrada del cementerio de Mingorrubio.
El aniversario llega en medio de una creciente preocupación por la falta de conocimiento sobre la dictadura, especialmente entre los jóvenes. Una encuesta del mes pasado reveló que más del 21% de los encuestados consideraba que la era franquista fue “buena” o “muy buena”, mientras que un sondeo publicado el jueves por
El País mostró que casi una cuarta parte de los españoles de entre 18 y 28 años considera que un régimen autoritario podría ser, en ocasiones, preferible a una democracia.
En un artículo de opinión publicado en el diario digital
elDiario.es, Sánchez elogió el “progreso democrático casi único” de España en los últimos 50 años, señalando que el país había “pasado de ser una dictadura represiva a ser una democracia plena, y de ser un país pobre y aislado a uno próspero e integrado en el mundo”.
Pero el presidente, que evitó referirse a Franco por su nombre, también recalcó que “la democracia no cayó del cielo”, y añadió que las libertades actuales se lograron gracias a la determinación y la resistencia del pueblo español.
“Ninguna democracia —incluida la nuestra— es perfecta”, escribió. “Queda mucho por hacer para forjar la España que queremos y podemos ser: un lugar con más oportunidades, más derechos y menos desigualdad. Ser conscientes de todo ello es lo que nos ayudará a avanzar y mejorar. Y por eso, precisamente ahora —cuando algunos idealizan los regímenes autoritarios y se aferran a la nostalgia de un pasado que nunca existió— debemos dar un paso adelante en defensa de una libertad que nos fue arrebatada durante tantos años”.
El gobierno ha utilizado la legislación de memoria histórica introducida hace tres años para ayudar a España a afrontar su pasado. Además de redefinir el Valle de Cuelgamuros —antes conocido como el Valle de los Caídos, donde los restos de Franco descansaron durante 44 años— como un “lugar de memoria”, está elaborando un inventario de los bienes incautados por el régimen y trabaja para eliminar los últimos vestigios de símbolos franquistas.
El gobierno también se encuentra en la fase final de su intento de cerrar la Fundación Nacional Francisco Franco, dedicada a preservar y promover el legado del dictador.
En una entrevista con la cadena pública RTVE, el jueves, el ministro de Cultura señaló que su departamento busca asegurar que el archivo oficial de Franco —actualmente en manos de la fundación— sea entregado al Estado para que esté disponible para todos los españoles.
“La disolución de la Fundación Francisco Franco plantea la cuestión de qué ocurre con el archivo”, dijo Ernest Urtasun. “Ya tenemos un informe, elaborado en el ministerio de Cultura, que es un inventario de los 30.000 documentos del archivo del dictador, y tenemos otro informe que demuestra que esos documentos son públicos, ya que se refieren al dictador como jefe de Estado y, por tanto, son propiedad del Gobierno”.
Urtasun añadió que los abogados del Estado trabajan para recuperar el archivo, “que pertenece a los españoles y a los investigadores, para que todos puedan documentar la represión y todo lo que contiene”.
El opositor Partido Popular está boicoteando la iniciativa del gobierno para celebrar los 50 años de democracia, al igual que el partido de ultraderecha Vox, que califica el programa como una “necrofilia absurda que divide a los españoles”.
Más de 500.000 personas murieron en la guerra civil, mientras que cientos de miles fueron forzadas al exilio. Las represalias continuaron mucho después de la victoria de Franco en 1939, y se estima que los cuerpos de más de 100.000 personas asesinadas durante la guerra y en la posguerra yacen en fosas comunes sin identificar.
Tras la muerte del dictador, España emprendió la transición hacia la democracia, celebrando sus primeras elecciones libres en 41 años en 1977 y aprobando una nueva Constitución en un referéndum al año siguiente.